Desde que la era abortista contemporánea comenzara en 1973, en Estados Unidos, el mundo hispanoamericano ha constituido la gran defensa contra los bárbaros de bata blanca, los asesinos de niños. El Nuevo Orden Mundial (NOM) capitaneado por Naciones Unidas y otros organismo multilaterales y clubes privados -por ejemplo, el Club Bilderberg, convertido en el nuevo rostro de la masonería histórica- se ha empeñado en darle la vuelta a la situación en el mundo hispano, donde existen países tan valeroso que llevaron la defensa de la vida del no nacido a la misma Constitución, como es el caso de la Argentina durante el periodo Carlos Menem.

Por una parte, España se ha convertido en un paraíso del aborto. Por otra, Países como Colombia o Brasil sucumben ante la nueva ola abortista, con lo que se convierten, en muy poco tiempo, de sociedades jóvenes y esperanzadas, a pesar de sus problemas, en sociedades avejentadas y llenas de miedo a la vida. El caso de brasil es paradigmático : Lula ha sucumbido tanto al Imperio de la Muerte como a la corrupción. El que iba a ser el salvador de los pobres, al que admiraba tanto la izquierda como la derecha europea, se está convirtiendo en otro seguidor del principio favorito del imperio de la Muerte: para acabar con la miseria no hay que eliminar la pobreza, sino a los pobres, que es un método mucho más rápido.

Lean el presente informe sobre la votación del aborto en Brasil. No tiene desperdicio.