Sr. Director:
No paran los del lobby gay y la ideología de género.

Tras el rechazo del denominado "Informe Estrela", el pasado día 4 de febrero se votó en el Parlamento Europeo el llamado informe Lunacek -una eurodiputada austríaca homosexual que ya intentó en 2013 legitimar la pedofilia, la educación sexual interactiva y libre de tabúes en los colegios para niños de cuatro años en adelante,  así como el aborto como derecho humano, y para la que los que no piensan como ella son "beatos de derechas"—, presentado por su autora y colaboradores como una «agenda de ruta de la UE contra la homofobia y la discriminación vinculada a la orientación sexual y a la identidad de género», mediante la concesión de "privilegios para las personas LGTB". Salió aprobado con 394 votos a favor, 176 en contra y 72 abstenciones.

Pues bien, de los 13 eurodiputados del PP español sólo tres votaron en contra del citado informe: José Ignacio Salafranca Sánchez Neyra, Jaime Mayor Oreja y Alejo Vidal- Quadras.

La eurodiputada del PP de Murcia Cristina Gutiérrez-Cortines por lo visto se equivocó de botón, ya que votó en contra, pero luego envió un twitter informando a El País de que ella también está a favor del informe Lunacek ¡y que votó en contra por error!... Si tuviera un poco de dignidad lo que tenía que haber hecho es mandar la carta de dimisión al Presidente del Parlamento…

Los ocho restantes votaron a favor de este informe antifamilia, a saber:
-Agustín Díaz de Mera García-Consuegra (de Ávila)

-Rosa Estaràs Ferragut (de Mallorca)

-Santiago Fisas Ayxelà (de Barcelona) 

-Salvador Garriga Polledo (muchos años eurodiputado) 

-Esther Herranz García (La Rioja) 

-Teresa Jimenez-Becerril Barrio (sevillana, hermana del concejal asesinado por ETA en 1998)

-Verónica Lope Fontagne (Zaragoza) 

-Eva Ortiz Vilella, (Alicante) 

Creo que el PP tiene un grave problema de identidad y de coherencia, y ello le va a pasar factura más pronto que tarde. No se puede decir una cosa y hacer otra. No se puede ceder en cosas básicas en aras al consenso con el principal partido de la oposición.

Desde el respeto a las personas y su dignidad, sean blancas, negras o amarillas, cualquiera que sea su inclinación sexual.

El artículo 14 C.E. es claro: todos somos iguales. Pero el propio Tribunal Constitucional tiene dicho que no hay discriminación cuando el desigual trato está justificado por una causa objetiva y razonable. Verbigracia, no hay tal discriminación en el caso de un padre divorciado al que se le restringen o limitan las visitas respecto de su hija menor, por perjuicio a su salud psicológica, al aparecer vestido de mujer cuando la va a recoger (Sentencia de 28-12-2008)-

El mismo criterio -el interés superior del menor- tendría que servir para rechazar las adopciones de menores por homosexuales. Un niño tiene derecho al crecimiento armónico de su personalidad, y para ello tiene derecho a un padre y a una madre. Por plantear tal criterio -más bien, insinuarlo-, el dicente fue condenado por prevaricador y homófobo, cuando yo respeto a las personas que sienten atracción por el mismo sexo, pero sus derechos terminan en donde empiezan los de un menor de edad.

Hay un proverbio americano que dice: "Si quieres miel no des puntapiés sobre la colmena". Lo único que interesa al PP desde diciembre de 2011 que lleva gobernando España es la economía, la prima de riesgo y la situación financiera de los Bancos, olvidando algo anterior, como es la persona y la familia. En lugar de fomentar la familia tradicional y la natalidad, aborto gratis, anticonceptivos, la píldora del día después, divorcio exprés, etc.

Zapatero no paró en los ocho años que desgobernó España de dar puntapiés a la colmena, con su legislación de género y resucitando el fantasma de una guerra civil. Y Rajoy y el PP siguen atizando la colmena, asumiendo la legislación y remitiéndose al Tribunal Constitucional en cuanto al "matrimonio" entre personas del mismo sexo, el aborto, el desafío separatista de Arturo Mas, etc.

Sólo importa el dios dinero. Así nos va. Cada trabajador en activo "sostiene" a dos pensionistas…
Fernando Ferrín Calamita