• No obstante, las constructoras consideran que se les adeuda tres veces más por los sobrecostes en la construcción.
  • Y, por tanto, no renuncian a llevar al Estado ante los tribunales.
  • Tanto por el sobrecoste de las expropiaciones como por el mal cálculo del tráfico previsto.
  • Y en el entretanto, la ministra se planta: no está dispuesta a ceder a las concesionarias más del 20% del capital de la nueva ENA.

Las negociaciones entre el Ministerio de Fomento y las compañías involucradas -concesionarias y constructoras- en el conflicto de las autopistas quebradas continúan avanzando, aunque a un ritmo lento, muy lento. En cualquier caso, parece que la solución está más cerca y se podría cerrar antes de que finalice el año.

En esas negociaciones, la ministra Ana Pastor (en la imagen) ha lanzado otro anzuelo. Además de los 350 millones de euros que ofreció a las empresas por el sobrecoste de las expropiaciones y por las modificaciones que sufrieron los proyectos iniciales de las obras, ahora añade la posibilidad de alargar la vida de las concesiones.

Al primer anzuelo las constructoras contestaron que 350 millones de euros son muy pocos. Ellas tienen otra cantidad en la cabeza, concretamente unos 1.000 millones de euros. En este punto, las constructoras se sienten fuertes y no renuncian a llevar al Estado ante los tribunales, tanto por el sobrecoste de las expropiaciones como por el mal cálculo del tráfico previsto. Saben que tienen muchas posibilidades de ganar.

En cuanto a alargar la vida de las concesiones, hay un problema: hay constructoras que no son concesionarias. Por tanto, la medida no les afecta, es decir, no es una solución para ellas.

En el entretanto, la ministra Pastor se planta en uno de los puntos iniciales de la negociación: la participación de las empresas en el capital de la nueva Empresa Nacional de Autopistas (ENA). En ningún caso superará el 20%. Las empresas ya lo han asumido o, como se dice ahora, interiorizado.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com