Intereconomía saldrá a bolsa, o mejor, será absorbida por el grupo Avanzit que ya cotiza en bolsa. Eso al menos si salen adelante los planes de Javier Tallada, quien por fin ha logrado hacerse con el control de Avanzit-Telson. Tallada pretende crear un gran grupo de comunicación uniendo la información de Intereconomía (Radio Intereconomía, Época, Alba, Intereconomía TV, Fax Press) a las tareas de producción de Telson, por el momento más bien postproducción.

Tallada es un inversor, pero, al mismo tiempo, un importante captador de fondos. Por eso, para sus proyectos cuenta con la aportación de la nueva estrella bursátil, la inmobiliaria Astroc, de Enrique Bañuelos de Castro, uno de esos valores que sufren mal de altura. Como es sabido, todos los nuevos ricos españoles y, más que ricos, son riquísimos- proceden del sector inmobiliario.

En el caso de Astroc no estamos hablando de promotores inmobiliarios, al menos no exactamente. Se trata de una empresa valenciana que ha desarrollado la figura del agente urbanizador. El caos normativo que reina en España en materia inmobiliaria ha hecho que la Comunidad Valenciana fuera la primera autonomía en desarrollar esta figura. Por explicarlo en dos patadas, un agente urbanizador es aquel que convence a una entidad pública de la necesidad de desarrollar urbanísticamente una zona determinada. Así, esa entidad pública comienza a comprar los terrenos de dicha zona en una operación que, si no puede calificarse de expropiatoria, se le parece mucho. Algo parecido a hacer de promotor sin poseer suelo. Y al parecer la cosa da dinero, porque los inversores bursátiles se pirran por Astroc. Eso sí, el gobierno valenciano ya está pensando en modificar dicha figura porque sólo tiene un defect en ningún momento ha servido para la función para la que fue creada, es decir, para reducir el precio de la vivienda.

Por cierto, la operación cuenta con la oposición de accionistas de Intereconomía y de Avanzit. La razón es muy sencilla: a la hora de valorar dos compañías no conviene que el mentor de la operación sea accionista de ambas. Porque está bien fiarse, pero es mejor no fiarse.