Carta abierta a don Eulogio López.
Querido amigo: En repetidas ocasiones has manifestado la idea de que a la CTC le sobra la C final.

 

Mis primeros tiempos de militancia carlista coinciden con mis primeras incursiones en el aprendizaje de la lengua vasca. En el boletín ¡Volveré! leí unos versos de un carlista de Tolosa que decían así:

Aldatu ai al dek ik

karlisten izena,

izen aundi ta eder

eta egokiena?

Ez mutil, ori ukek

egintzarik txarrena,

Judas Iskariotek

zumatu zuena.

¿Acaso quieres cambiar el nombre de carlista, nombre grande hermoso y el más adecuado? No amigo, eso sería la peor de las acciones. La que inventó Judas Iscariote.

Se me grabaron indeleblemente en el alma. Tenía entonces veinte años y hoy tengo ochenta.

Tenía razón el vate. El de carlista no sólo es un nombre grande y hermoso sino el más adecuado. Hace sesenta años y hoy también. Y espero que por muchos años.

Recientemente la editorial Tradere ha publicado la obra España en la presente crisis. Está escrita por el carlista Vicente Pou, e impresa en 1843 en Montpellier (Francia). Desde el destierro, el autor hace una completa crítica de los principios y de los gobiernos liberales de la época. Parece que está escrita hoy. Es decir: que los males que aquejaban a España entonces son los mismos que la aquejan hoy. Y si el Carlismo lucha hoy contra ellos es porque persiste en el mismo combate.

Ciento setenta y siete años luchando contra la Revolución en todas sus formas y llamándonos carlistas. Para seguir luchando contra esa misma Revolución, no tenemos que cambiar de nombre. Es el de carlista el más adecuado, egokiena.

Ciento setenta y siete años de lucha han dejado para la historia ejemplos de heroísmo, lealtad, sacrificio y constancia. Ejemplos que hoy son un estímulo para quienes nos seguimos llamando carlistas.

Canciones, emblemas, batallas cuyo recuerdo nos invita a reunirnos... Todo ello se perdería si prescindiéramos de la C como nos propones.

¿Qué podríamos ganar? ¿Acaso la C provoca un rechazo en los españoles de hoy? Eso piensan algunos influidos por los prejuicios que los liberales han difundido.

El español que se rebele hoy contra el actual sistema que está destruyendo España, tiene que darse cuenta que es la Revolución la causante de todos nuestros males. Y que los carlistas hemos protagonizado la lucha contra esa Revolución a la que hemos declarado guerra implacable, como dijo nuestro Carlos VII en su Testamento Político. No puede ser buen español quien considerando la historia de nuestros dos últimos siglos, no se descubra ante el Carlismo y eso cualquiera que sean sus antecedentes familiares.

Termino contestando a tu requerimiento con las palabras finales del poeta vascongado:

 No amigo, eso sería la peor de las acciones. La que inventó Judas Iscariote.

Con un abrazo:

Carlos Ibáñez Quintana