El banquero ha comprado un banco para acallar el escándalo provocado pro su sueldo. Se enamora de América y despide a Sánchez Asiaín, el gran partidario de invertir en ese continente. No se ha ido por motivos personales: le han echado.

Así, en principio, comprar un banco en Estados Unidos, de clara raíz anglosajona, a un per 20, parece una locura. Corre el riesgo de que lo sea, especialmente porque el BBVA ha pagado 9.600 millones de dólares por 417 oficinas en 6 estados de la Unión, de los cuales sólo dos tienen impronta hispana. Vamos, que no salimos de bancos medianos.

Eso sí, la operación no es buena para el BBVA, pero sí para su presidente. FG necesitaba comprar algo y se ha comprado el Compass Bacshares, una entidad más norteamericana que la hamburguesa. Con ello consigue vaciar la caja –a costa de vender Iberdrola- y conseguir que el mercado no le vea como opado sino como opante. Consigue eso… y poco más. Históricamente, las participaciones industriales han salvado las vacas flacas del BBVA. En el futuro ya veremos.

Además, la operación tiene todos los visos de intentar acallar el escándalo de su remuneración (9,7 millones de euros) con un fondo de pensiones acumulado –tanto si se va como si le echan- de 53 millones de euros a 31 de diciembre de 2006. Las diferencias de grado acaban por ser diferencias de naturaleza, que decía Hegel. La importancia de los números es relativa, pero ante esas proporciones comienzan a ser absolutas. Desde que se diera a conocer lo que el banco le pagará cuando se marche, así como lo bien que trata a sus directivos a cambio de su fidelidad, FG ha realizado dos ruedas de prensa: en una anunció 200 millones de euros para micro-créditos, en la otra habló de los masajes dedicados a la novia Compass -¿en qué estaría él pensando?- antes de la compra. FG es un banquero progresista.

Y mientras aseguraba haber llegado a El Dorado, FG prescindía de Ignacio Sánchez Asiaín, a cuyo padre, el ex presidente José Ángel Sánchez Asiaín, había acusado de cobrar de las cuentas secretas de Jersey, aunque el juez retiró su nombre de inmediato. Curioso, dado que Ignacio Sánchez Asiaín fue el gran partidario de invertir en América cuando FG aborrecía de tal posibilidad. Otro apellido –no de Neguri, pero sí del viejo BBV- que se va a la calle. Y no se ha ido por motivos personales: FG le ha echado. Lo ha hecho ahora, cuando ya ni el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri (3,6 millones de euros de sueldo y 44 de pensión acumulada) no defiende a los suyos y cuando Vitalino Nafría, con quien trabajó, ha decidido prejubilarse.

Cada vez quedan menos directivos del Bilbao y del Vizcaya. Sólo Jaime Guardiola y Vicente Rodero (sustituye a Asiaín) quizás porque son los que le quedan para llevar la red comercial, que es la especialidad del BBVA.