Sr. Director:

Hoy se puede leer en El País una última pregunta realizada al Sr. alcalde D. Alberto Ruiz Gallardón y dice así: "P. ¿Volverá a casar a una pareja gay si se lo pide?

R. Si son amigos míos, sí. Yo sólo he casado -me da igual que sean personas del mismo sexo o de distinto sexo- a aquellas parejas con las que tengo una relación personal. Si dos amigos míos homosexuales me lo piden, rotundamente sí."

Junto a estas manifestaciones, este mismo Sr. alcalde hace cinco días presidía junto al cardenal de Madrid, Monseñor Rouco Varela, la misa en conmemoración de la Virgen de la Almudena.

No cabe mayor contradicción interna, tanto por el Sr. alcalde (por las mañanas católico y por las tardes lo que proceda con tal de recoger votos) como por el Sr. cardenal; una voz que suele hablar con gran claridad, que en breve pasará por el Congreso Católicos y Vida Pública del CEU -próximo fin de semana- en donde se oirán voces invocando/exigiendo la coherencia entre las creencias y la vida pública, pero que sin embargo no tiene vergüenza alguna en permitir que el Sr. alcalde suba al presbiterio y se dirija a la Madre de Dios, a la Almudena, pese a estar ofendiéndole de manera pública y notoria. Hoy en día, puede más en nuestros queridos prelados el "pavor" a la opinión pública, que el ser coherentes con su fe.

Hace escasos días se beatificaron a 498 españoles porque prefirieron morir por su Fe antes que renunciar a la misma. Ahora no tiene nadie que morir, ni ser mártir, pero sorprendentemente puede más una "falsaria" prudencia en lo público, que el dar un claro mensaje al pueblo, que darle criterio, que ser coherente con las creencias. En la COPE, tal como decía el Sr. director de este periódico hace escasos días. En la Plaza Mayor de Madrid, dando en un acto estrictamente católico, voz y protagonismo a quien públicamente no sigue la doctrina católica.

¿Hasta cuándo habrá que aplicar la "prudencia"? ¿Hasta qué punto no se confunde la prudencia con la falta de agallas, de valentía? ¿Vamos a seguir permitiendo esa sistemática degradación por temor a ser criticados, vilipendiados en los medios de comunicación? Los ciudadanos están ansiosos de oír claros mensajes (nunca reñidos con la misericordia). Basta, por ejemplo, con ver la reacción ante las palabras del Rey ante el dirigente venezolano; los ciudadanos aplaudimos con "rabia" su intervención y nos da igual lo que los políticos se empeñen ahora en decir o interpretar al respecto. No se trata de "mano dura" sino de "hablar claro" y ser coherentes.

Por favor, Sr. cardenal; invite usted a las autoridades -sean del color que sean- a cualesquiera actos que considere oportunos, pero no permita que quienes ofenden gravemente a la Señora y a su Dios, suban a su lado en aparente comunión, confundiendo a quienes han ido a oír la palabra de Él.

Rafael Llorente

llorente@llorenteasociados.com