• Con un desafecto popular creciente y una cada vez más influyente corriente republicana y separatista, el rey deja los trastos a su hijo, sin apenas experiencia en política nacional.
  • Y antes de eso, en un año ha pasado de negarse a ceder los trastos a su hijo y a su nuera a tomar él la decision de abandonar.
  • Al parecer, la dimisión de Rubalcaba ha sido el detonante, era su última ligazón con "sus políticos", los de la Transición.
Según la agencia EFE, fuentes de la Casa Real aseguran que el rey decidió, ya en enero, abdicar en su hijo, el ya próximo Felipe VI. Eso es una trola que ni se la cree Javier Ayuso, que es quien la ha proferido. Lo cierto es que el hombre que se había resitido a toda la poderosa campaña, entre otros del diariol El Mundo de Pedro J. Ramírez para que cediera los trastos a su hijo, ha decidido abandonar en el peor momento, con un guerracivilismo creciente, peligro separatista, y un populismo al alza. Por tanto, ha sido una decisión poco meditada y bastante cobarde. Su Majestad huye; el rey sabe perfectamente que el Príncipe no tiene experiencia -tampoco se la ha facilitado- en política nacionl. Por decir algo, Artur Mas podía respertar al rey, no a su hijo.

Que la filtración de Ayuso, portavoz de la Casa Real son falsas, se deja ver el  el hecho de que hace apenas un año el rey advertía  a su hijo que no admitiría ningun tipo de presión y que no habría sucesión hasta que no controlara a su esposa doña Letizia y no mitigara su actitud antiregia y escandalosa. Ahora es él el que se marcha, justo cuando habían cesado las presiones y había recuperado su prestigio.

Al parecer, la caída de Rubalcaba ha resultado determinante en el ánino del monarca. Era el último ligazón activo con la Transición Democratica, es decir, la clase política con la que el rey se entendía.

Ahora hay que ver cómo se escenifica la transición.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com