La VI Comisión de Naciones Unidas debate entre hoy jueves 21 y mañana viernes 22 la propuesta costarricense solicitando una convención internacional contra toda forma de clonación humana. De momento, la propuesta de Costa Rica cuenta con el apoyo de 61 países, según informa a Hispanidad.com el embajador de este país, José Joaquín Chaverri. La decisión final dependerá de la postura que adopte el mundo árabe.

El mundo musulmán compartió con la Santa Sede la defensa de la vida en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en la ciudad egipcia de El Cairo en 1994. Sacerdotes, laicos y representantes del mundo musulmán manteníamos reuniones de coordinación por las tardes para preparar la estrategia del día siguiente. Las diferencias eran muchas: nacionalidad, cultura y religión. Pero nos unía la misma causa de defender la vida desde el momento de la concepción. No aceptaríamos la imposición demográfica de los países occidentales. No permitiríamos que el aborto fuese considerado como un método de planificación familiar. El trabajo conjunto dio su fruto, a pesar de la intensa labor diplomática desplegada por la Administración Clinton. Finalmente, el texto fue suficientemente satisfactorio para que lo firmara la Santa Sede.

Ahora el debate vuelve a surgir en el seno de la comunidad internacional sobre un problema moral similar. Si la vida comienza en el momento de la fecundación del óvulo tal y como defiende el consenso científico y la comunidad cristiana y musulmana- la clonación no podría ser admisible. El mundo musulmán, sin embargo, manifestó sus dudas el pasado mes de noviembre en el que quedó aplazada la votación. Ahora la situación no es muy diferente, con el agravante de que la guerra de Iraq pesa políticamente por un mundo árabe que recela de una Administración Bush que claramente apostará por la propuesta costarricense.

A esta incertidumbre hay que añadir el que Chaverri califica como efecto Superman. Como se sabe el actor que encarnó a Superman, Christopher Reeve, defendió la investigación embrionaria y la clonación terapéutica para la cura de algunas enfermedades como la que le dejaron en una silla de ruedas durante años. Su reciente fallecimiento ha conmocionado al mundo y el hecho posiblemente pese en las deliberaciones.

No obstante, conviene recordar que la clonación reproductiva consiste en crear nuevos seres humanos idénticos genéticamente con el deseo de que supuestamente nos perpetúen. La voluntad forma parte del anhelo universal a la eternidad. Pero la clonación no deja de ser una mentira. En primer lugar, porque el clon no será un yo, sino un otro diferente aunque equivalente genéticamente. Es decir, nos moriremos de la misma forma. Y nuestro clon tendrá una vida distinta a la nuestra. No compartirá la misma familia, ni los amigos, ni las aficiones ni la misma vida profesional. Será distinto, otro ser humano. Con el agravante de haber llegado al mundo por nuestro infantil deseo de sentirnos permanentemente en el espejo.

Por otra parte, la clonación mal llamada terapéutica, consiste en crear seres humanos para extraer de ellos órganos o células que supuestamente pudieran mejorar la salud de determinados enfermos. Bélgica encabeza esta propuesta seguida por 18 países, entre ellos España, que en noviembre había asumido la postura de la delegación costarricense. Ya saben, el 14-M cambió muchas cosas.

Probablemente, los defensores de la propuesta belga esgriman el efecto Superman. Sin embargo, la realidad de la clonación terapéutica es que un ser humano es instrumentalizado para salvar a otro. O sea, que la vida humana deja de ser un valor inviolable para convertirse en un valor instrumental. Vales en la medida que sirvas a otros. La ley de la selva. Todo un retroceso moral a la época de la esclavitud.

El portal del ciudadano activo www.hazteoir.org está promoviendo una campaña en apoyo de la dignidad humana. Esta plataforma ciudadana sostiene que la clonación terapéutica atenta contra el derecho de la vida, por la destrucción de embriones. Destruye el derecho a la identidad humana, el derecho a la protección frente a la predeterminación genética de un tercero. Y anula el derecho de la singularidad por el que todas las personas tienen derecho a mantener la naturaleza esencialmente aleatoria de la composición de los genes. Por último, Hazteoir sostiene que la clonación artificial pone en duda la misma dignidad humana desde el momento en que se considera a la persona como un medio instrumentalizable.

Así las cosas, todos los escenarios están abiertos. Puede que el viernes 22 se produzca la votación o que ésta quede pospuesta a la semana que viene o más adelante. La humanidad se juega en estos días su misma dignidad. Nueva York se ha convertido en un nuevo Nuremberg. Esperemos que seamos capaces de recuperar la cordura. A pesar del progresismo de Zapatero.

Luis Losada Pescador