Sr. Director:

Hay actitudes de algunos políticos catalanes que me dejan de piedra.

 

Resulta que en el año 2010 el Ayuntamiento de Barcelona aprobó un reglamento lingüístico que imponía el catalán como única lengua de uso municipal dejando el español casi a la altura de una lengua extranjera.

En otras palabras, nos trataba a la mayoría de barceloneses como si fuéramos extraños. Afortunadamente la Justicia acaba de derogar este reglamento para intolerantes lingüísticos pero CIU dice ahora que las sentencias le dan igual y que lo seguirá aplicando. ¿Pero estos de CiU no eran los nacionalistas moderados, serios y responsables?

Primero se ríen de una lengua y después del Estado de Derecho. Sin duda, todo un ejemplo de respeto democrático, el de CiU.

María Sánchez Reyes