El paripé catalán continúa. CiU quiere arrancar de Pascual Maragall la promesa de que el Nuevo Estatuto catalán no será el preámbulo para convocar elecciones anticipadas, dado que el partido que ha gobernado Cataluña durante más de 20 años prevé unos resultados, no malos, simplemente catastróficos. Los hombres de Artur Mas consideran que si se celebraran elecciones ahora ERC les superaría claramente.

Por eso, CiU está obligada a forzar la máquina hasta el último minuto, exigiendo unas competencias que ni tan siquiera reclaman los independentistas de ERC.