Los catalanistas siempre han defendido el hecho diferencial catalán. Y claro, eso de que los andaluces alcancen el mismo techo competencial de ellos, pues como que no les hace mucha gracia. Así lo señalaba este martes en la Universidad CEU San Pablo el secretario del grupo parlamentario de CiU en el Parlament de Cataluña, Francesc Homs.

Sostiene que el Estatuto de Andalucía es forzado y antinatural. O sea, que es una copia innecesaria del Estatut catalán que deja a los catalanes en el mismo lugar que los andaluces. Y eso sí que no. Sin embargo, curiosamente, su formación política no tuvo ningún problema en aceptar a trámite el texto. ¿Por qué? Porque los catalanistas no tienen ningún argumento racional para negar el café con leche para todos. No les gusta, lo reconocen en privado, pero cuando saltan a la palestra pública, no les queda más remedio que aceptar pulpo como animal de compañía.

Así se construye la política, sobre la base de la hipocresía. Mientras que los convergentes defendían en el Parlamento la necesidad de avanzar en las reformas estatutarias y territoriales, en el ámbito académico, de tapadillo, reconocen como hicieron los populares en público- que el Estatuto de Andalucía es una mala copia del catalán, forzado y antinatural. Porque la verdad, reconocer a Andalucía como una identidad nacional, parece metido con calzador.