Sr. Director:

La historia se repite, y ya son demasiadas. El esperpéntico espectáculo al que nos están acostumbrando los radicales nacionalistas esta alcanzando unas cotas de antidemocracia que no se recuerdan en la historia reciente. Una vez más un líder del principal partido de la oposición ha sido humillado y agredido en un evento de la campaña electoral catalana. Aunque no hay problema, ¿cómo se van a tomar medidas legales contra los jóvenes radicales independentistas? ¡Si sólo es una chiquillada!

¿Pero qué hubiera pasado si en vez de ser las juventudes nacionalistas radicales, hubieran sido las Nuevas Generaciones del PP los protagonistas de tal deleznable acontecimiento? No es difícil imaginar la respuesta. Hubieran sido acusados de fascistas radicales, comparados con las juventudes hitlerianas que no sería la primera vez, y tachados de antidemocráticos. Ante estas acciones tienen que tomarse las medidas legales oportunas, y el resto de partidos en concreto los nacionalistas deberían condenarlo. De no hacerlo, estarían demostrando una actitud mafiosa al permitir actos de coacción al que no piensa como ellos. Señal de que se sienten acorralados y tienen que defender con la fuerza lo que no saben hacer con la palabra.

Alberto Pedro Urosa Herrero

a.p.urosa@llwa784.servidoresdns.net