En segunda vuelta, los chilenos elegirán entre el democristiano Eduardo Frei y el conservador Sebastián Piñera. Frei es un democristiano a la europea: abortista, partidario de la Píldora del  Día Después y del matrimonio homosexual.

Piñera, por su parte, es un partidario de la abortiva Píldora del Día Después, que pretende repartir y promocionar en dispensarios y establecimientos y del homomonio. Eso sí, no acepta el aborto terapéutico, que el democristiano  Frei -nombre que ya nada significa en ningún país de Occidente- defiende con el entusiasmo de nuestro Mariano Rajoy o nuestro José Bono.

Y sí, insisto: los modales y planteamientos de Sebastián Piñera son los de un plutócrata.

Los chilenos lo tienen difícil, porque ningún candidato defiende los valores no negociables de Benedicto XVI: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común.

Eulogio López

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