La República bolivariana de Venezuela, del dictador Hugo Chávez, financia el indigenismo hispanoamericano, populista y ferozmente antiespañol. Así, el 12 de octubre, Fiesta de la Hispanidad, ha pasado a ser en Venezuela el día de la rebelión indígena, y periódicamente en Caracas, convertida en la capital más antiespañola del mundo, se celebran homenajes a los indígenas masacrados por el imperialismo español, se destrozan monumentos o se llama a una revisión histórica.

Lo más curioso es que Hugo Chávez, por mor del ministro de Defensa, José Bono, se ha convertido en el gran aliado del Gobierno español en la zona.