La Gala del cine español celebró este domingo su entrega anual de premios en la que el filme de Daniel Monzón se llevó 8 de los 16 galardones a los que aspiraba y la película de Alejandro Amenábar 7 de los 13 totales.

La diferencia estriba en que el único premio potente que Amenábar recibió fue el de Guión Original, escrito junto a Mateo Gil. Sin embargo, Daniel Monzón se alzó con los galardones a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Protagonista (Luis Tosar) o Mejor Actriz Secundaria (Marta Etura).

Vistos los mimbres podemos concluir que el drama carcelario español pisoteó a la coproducción americana

Pero hubo mucho más.

El nuevo presentador, Andreu Buenafuente, no estuvo a la altura de ninguna de las Galas anteriores. Como en otras, Buenafuente se mostró cargante y pesado, quiso dar rienda suelta a sus ironías habituales y los chistes le salieron rana. ¿Un ejemplo? Decirle a Daniel Monzón si podía sujetar un momento la cámara para mostrar algo de verdad. Monzón hizo caso al presentador del que da la sensación de que no ha visto el filme ganador Además, Buenafuente dio más juego: narró cómo debía de ser el modelo de un guión original que concluía con una relación amorosa entre mujer y mujer, muestra evidente de la originalidad del pensamiento progre con referencias directas para alabar a Bibiana Aído, patrona de la absurda Ley de Igualdad. Por si no fuera suficiente, Buenafuente fue eliminado a tiros al terminar la ceremonia: se trataba de confirmar que hasta la cómica catalana Rosa María Sardá -que ya presentó la ceremonia hace 8 años- lo hizo mejor que en él en sus apenas 5 minutos de gloria.

Del filme Ágora se ha dicho que es una película que practica la coherencia, una curiosa manera de decir que la historia de Hypatia es una historia coherente, cuando lo cierto es que la película que, en esencia, es una deformación de los hechos, es decir, el engaño, para ajustarlo a su discurso ateo y anticristiano. Una coherencia muy anticristiana. Algo que no pasó desapercibido para Marta Etura cuando subrayó que el cine sirve para conocer la vida a través de las historias. Ver para creer.

Otra de las sorpresas de la Gala fue el premio al Mejor Cortometraje español de animación, que recayó en La dama y la muerte, una oda al suicidio. Para Recio, su director,  es un homenaje a mi abuela, que murió en su casa en la cama rodeada de sus seres queridos. Lo mismito que la película, oiga. Y no digamos nada de una de las partes del discurso del presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, en las que indicaba que nuestro deber es salvar la vida en el hospital, lo cual contradice del todo al corto premiado. ¿En qué quedamos? ¡Anda, pero si es que el producto va a los Oscar! Pero De la Iglesia quiso ir más lejos, maquillando sus palabras la vez que dijo que la gente del cine no puede trabajar. ¿Cómo que no, si el cine español continúa aprovechándose de las jugosas subvenciones y del Instituto de Crédito Oficial (ICO) que desde 2009 hasta 2011 disfruta de 75 millones de euros para que los creadores e innovadores españoles desarrollen sus trabajos? Y que su obligación es la de competir con Hollywood. ¿Quiere De la Iglesia enfrentarse a Amenábar, cuya producción, Ágora, tiene mucho más peso extranjero que español? ¿Por eso ha castigado al director oscarizado otorgándole la batería de premios técnicos?

Los Goya de este año también dejaron alguna otra jugosa declaración como la de Jorge Guerricaechevarría, guionista de Celda 211. Es mejor ser guionista que notario, porque además de ganar más dinero te dan premios. Supongo que esto lo decía porque no tenía madera de notario, un trabajo que sólo puede ejercer una minoría mientras que escribir un guión puede hacerlo hasta Buenafuente.

La guinda de la ceremonia la puso Pedro Almodóvar, que ausente de los Goya durante 5 años, vamos, que se dio de baja de la Academia, regresó a ella en un aparente acto de reconciliación con la institución para presentar el premio a la Mejor Película. El director manchego no tuvo pelos en la lengua. Señaló que De la Iglesia le había presionado para su regreso, a lo que Almodóvar indicó que si era por su candidatura a Mejor Guión Original por Los abrazos rotos. Pero no, no era por eso, porque el premio se lo dan a Ágora, matizó De la Iglesia ¿Pero cómo sabía el presidente de la Academia ese dato?
Según las bases, la forma de votación es la siguiente. Los académicos envían el voto directamente al notario, y no a través de la Academia, en un sobre numerado y con sello con impreso de la Academia, que contiene una papeleta con membrete de la Academia y un número distinto al que figura en el sobre. La Academia envía al notario una lista con el nombre de cada académico y el número que corresponde a cada sobre, que sólo será válido si lo recibe con la papeleta de las votaciones. En las bases figura que el notario jamás dará a conocer a la Academia ni a ninguno de los votantes a que películas votaron ni tan siquiera si hubo empate o no. Si hay empate, el notario debe desempatar eligiendo una formula de azar. Así que De la Iglesia también ha presionado al notario

En fin, más de lo mismo, una ceremonia aparentemente correcta, que esperemos sea más transparente el año que viene. Y la ministra de Cultura no dijo ni .

José Luis Panero

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