Comento con mis amigos argentinos, asombrados por lo que ocurre en Estados Unidos y Europa. Y es que esta crisis ha afectado, sobretodo, a los ricos, y los argentinos siguen sufriendo por la corrupción del cleptómano matrimonio Kirchner, pero no por el tsunami llegado desde Wall Street.

El país más afectado por la crisis es Estados Unidos, entre los europeos el Reino Unido y España. En otras palabras, cuanto más grande es el mercado financiero de un país (en España es muy grande, más que en Alemania o Francia, si lo comparamos con sus respectivos tejidos industriales.

Por eso se dice que esta crisis afecta a los ricos, porque es una crisis producto de la especulación, y la especulación es cosa del primer mundo. Los pobres no pueden especular porque una vez cubiertas sus necesidades primarias -o no cubiertas- no le quedan ahorros que invertir.

Pero no nos engañemos. También a los argentinos les llegará la crisis. La especulación ha destrozado primeros a sus creadores -aunque no se preocupen por ellos, en seguida les salvará el erario público-, pero enseguida se ha contagiado a la economía real en forma de crisis de crédito. Sin crédito, la inversión se ha derrumbado y ha llegado el paro. Precisamente España, país siempre muy endeudado, se ha puesto a la cabeza del desempleo en Europa.

Y luego, tras afectar a los pobres de los países ricos, llegará a los pobres de los países pobres. Si el área OCDE se resfría deja de importar los productos del Tercer Mundo y los menesterosos, como siempre, acaban por pagar el pato.

Ahora bien, seguimos sin pararles los pies a los especuladores. Por ahora seguimos atajando, y mal, las causas. Lo que significa que la crisis continuará.

Un ejemplo, la prensa española publica el jueves que uno de los destinos de los 30.000 -ó 50.000- millones de euros de dinero público que el Gobierno dedicará a proporcionar liquidez a los bancos serán las titulizaciones de hipotecas. ¿Pero es que no se dan cuenta de que las titulizaciones y paquetizaciones son uno de los grandes creadores -probablemente el mayor, junto a los derivados- de la burbuja especulativa que nos ha llevado al desastre? ¿No comprenden que es dar gasolina al pirómano? ¿No comprenden que enjugando con dinero público las pérdidas del especulador pillado, ése volverá a repetir suerte mañana mismo?

Yo creo que hasta Zapatero puede darse cuenta de ello.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com