En el sector siderúrgico de CCOO existe preocupación sobre las consecuencias que la OPA de la angloindia Mittal Steel pudiera generar sobre la actividad y el empleo de la europea Arcelor. El responsable sindical José Ramón Lasso formuló ayer una petición a los gobiernos español, francés y luxemburgués para que se impliquen en la oposición a la OPA. Sabemos que los trabajadores solos tenemos poca fuerza, señala en Radio Intereconomía.

Sus palabras han sido escuchadas. Tanto Solbes, como Trichet y Claude han intervenido. Los tres han lanzado mensajes de preocupación sobre el choque de culturas empresariales que supondría la adquisición. Y los tres han anunciado que estudiarán el eventual impacto que la operación tendría sobre la actividad y el empleo. En todo caso, Laso señala que la eventual operación no tendría consecuencias en España en el corto plazo debido a que nuestras plantas son las más eficientes y que nuestro país consume más metal del que produce.

En todo caso, se les ha olvidado a todos que Arcelor es una empresa privada que cotiza en los mercados financieros y que por tanto es objeto de este tipo de operaciones. Si se quería evitar esta contingencia, se podría haber optado desde el inicio por un núcleo duro, como apunta Laso. Pero no, fuimos los más listos de la clase, los que apostamos decididamente por las bondades del mercado. Voilá.

Y ahora el proceso no es reversible. Escuchar al presidente de la región de Lorena, el socialista Jean-Pierre Masseret, criticando la operación porque las OPAs siempre producen racionalización y ahorro, resulta hilarante si no fuera por el drama de la situación. Y claro, al final, siempre llega la Comisión Europea para recordar que el proteccionismo y el subsidio, son políticas del pasado. ¿Ha quedado claro?

Lo más divertido es el discurso de Mittal Steel que anuncia un viaje a Europa para tratar de convencer al consejo de que el consejo resultante tendrá presencia europea. O dicho de otra manera: no se preocupen Uds. que seguirán manteniendo el sillón, la tijera la aplicaremos sobre los trabajadores. ¡Qué alivio! Y después está el consejero delegado Guy Dollé que califica la OPA de hostil y opaca y asegura que no aporta valor para el accionista. Valor, puede que no aporte, pero el accionista se mete un pelotazo del 37% entre cuerpo y espalda que no se lo salta un gitano. Será en 'cromos' de la angloindia, será de una compañía con cultura tiburón y ajena a un espacio de actuaciones. Pero un 37% no es moco de pavo. ¿Es o no es valor?