El Banco de España reserva a Caixa, Caja Madrid y BBK para otras fusiones. Por eso otorgó CCM a Cajastur. El objetivo no es reflotar cajas tocadas sino reformar el sector según criterios políticos. Caja Madrid no está para absorber a nadie pero es grande. La resolución sobre la caja manchega introduce la arbitrariedad total en el reflotamiento bancario

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) ha culminado la primera etapa de la farsa: Concedió a Cajastur hacerse con la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha (CCM). Eso tras haber empleado lo que supone -falta el balance final- que serán 1.500 millones de euros en su reflotamiento.

Con ello se avanza en el proceso de arbitrariedad por el que se rige un políticamente forzado proceso de reflotamiento del sector bancario español que no hace falta alguna.

Por de pronto, MAFO pidió a Caixa y Caja Madrid que ni presentaran proyecto para hacerse con CCM. Se les precisa para otras fusiones. Caja Madrid no está para absorber a nadie, porque su balance anda pachucho a la espera de Godot, pero qué más da: aquí no se habla de solvencia o rentabilidad, sino de tamaño, porque lo que se persigue es otra cosa. Más clara fue la advertencia a la BBK: debía retirar el proyecto o se le diría que no porque se la necesita para otros menesteres, para otras entidades. La BBK no es la caja más rentable pero sí una de las más fuertes en cuanto a recursos propios, que a la hora de absorber es fundamental.

En definitiva, no estamos hablando de salvar cajas en apuros a las cajas de ahorros en bancos, en sociedades anónimas, por varias vías:

1. Dinamitando el poder de las comunidades autónomas con fusiones inter-regionales.

2. Convirtiendo las actuales 40 cajas en 10, no más porque al Banco de España no le gustan las entidades pequeñas.

3. Apartando las cajas de ahorros de la actividad industrial, ahora mismo ligado a su zona de cobertura.

4. Convertir a las cajas en sociedades anónimas.

Y en ese proceso, con supresión de cualquier posibilidad de judicialización, se ha avanzado en la arbitrariedad del proceso hasta casi cerrar el círculo, con la minusvaloración del FGD y la entronización del nuevo FROB.  

Lo de CCM sólo es el comienzo, pero no era necesario. Es el comienzo del control político del sistema bancario.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com