Esta es la historia del Rey Arturo I de Catalunya. Sus caballeros de la tabla redonda, en concreto un tal Mordred Oriol, de Casa Pujol, de los Pujol de toda la vida, advirtióle al bueno de Artur que Cataluña le necesitaba. Debía inmolarse para lograr la era de un hombre para la historia

En Madrid, capital del país opresor, aseguró que no quería ser tan mártir como Companys -que no como Campmany- pero ya ha tenido que confirmar que una vez que su amado Reino consiga la independencia, abjurará del Trono, promesa que Mordred Oriol ha apuntado en letra de imprenta, de la imprenta del vice conde de Godó.

Claro que el Rey Artur le tiene muy calado y al convocar elecciones para noviembre con ansias independentistas no ignora que la independencia no se va a obtener ni de broma y que si hubiera harina no todo sería mohína.

Que no, que Cataluña no se va a independizar pero hay que reconocer que el martirio del Rey Artur va a perjudicar a toda España. Sobre todo, a los catalanes.

Eulogio López

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