La medida contraría la lealtad institucional y la autonomía fiscal de las CCAA Desde Cataluña llevan tiempo quejándose de la agresiva estrategia fiscal emprendida por Madrid. Los que siempre defendieron la autonomía fiscal de las CCAA, se tranformaron de repente en los grandes defensores de la armonización. Ver para creer. La razón es sencilla: Cataluña ha sufrido la deslocalización personal de muchos de sus contribuyentes buscando regímenes más benignos.
Y han terminado ganando. La reforma de la LOFCA incluye un apéndice según el cual, las CCAA que hayan optado por rebajar Sucesiones y Donaciones tendrán que sufrir una merma equivalente de su financiación autonómica. El discurso es si quieres bajar impuestos, lo pagas tu. Es más, la propia Salgado habla de incentivos para no bajar impuestos. Increíble.
Lo que pasa es que la norma viola todos los principios posibles. En primer lugar el de lealtad institucional. Si el Estado va a tomar una medida que afecta a las CCAA debe de hacerlo con su consenso. Y en segundo lugar, viola el principio de la autonomía fiscal. Porque si las CCAA sólo son responsables del gasto, pero no de los ingresos, la corresponsabilidad fiscal queda muerta. Lo que pasa es que a algunos, eso de la corresponsabilidad no les termina de convencer. Sobre todo cuando esa competencia fiscal les perjudica.