Sr. Director:
Después de leer su artículo sobre "Bankia y los retos de Goiri", en el que hace referencia al Ere que está llevando a cabo la Entidad, estoy tan estupefacta que no sé si seré capaz de explicarle con claridad lo que me gustaría que entendiera.

Opino que, aunque la sección en la que se incluye dicho artículo permite ciertas licencias periodísticas, hay que ser más respetuoso al calificar de buenos y malos a trabajadores que usted no tiene el gusto de conocer, aunque el lector pensará que los hechos son ciertos porque usted sí ha preguntado en Recursos Humanos de Bankia.

Hace un mes un técnico de Recursos Humanos (no sé si será su fuente) llegó a mi oficina a última hora de la mañana con el objeto de despedirme, yo era de las malas que quería quedarme, ¡menudo problema para Goiri!, y de manera "poco elegante" me acompañó a la salida dejando atrás veintitrés años de trabajo y un expediente limpio, situación humillante que cientos de compañeros también han sufrido y que usted parece desconocer.

¿No juzgamos el método ¿Es mejor mirar a otra parte ¿Ya están satisfechos los verdugos ¿Quién juzga a los jueces ¿Qué criterio han seguido para truncar la vida de tantas personas cuando había empleados voluntarios, los "buenos" que querían salir de la Entidad ¿Era suficiente la dudosa decisión de un simple técnico, que ha demostrado su ineptitud y mala fe en más de una ocasión Si usted estuviera en mi lugar no le gustaría que le calificaran tan alegremente de malo, aunque quede la duda de si es su opinión o la que le transmiten desde Recursos Humanos.

Espero que sea éste último caso, no sé si recordará una asignatura que, al menos yo, estudiamos en Periodismo denominada "Ética y Deontología"… ¿Quiere una generalización Usted se licenció en Navarra y la que suscribe en Madrid, a lo mejor tienen razón los que afirmaban que en su Facultad los profesores y estudiantes tenían una ideología sospechosamente extremista y que siempre, aunque no fueran "buenos", encontraban algún patrocinador. No me malinterprete, no me gusta generalizar, para eso ya están otros ¿no

Amparo Benedicto Aguilar