Naturalmente es una mera coincidencia que la entrevista de dos páginas publicada por el diario El País, el más vendido de España, el domingo 7, con Gonzalo Pascual, presidente del Grupo Marsans, coincida con la publicación, en ese mismo periódico, de una página de publicidad de Viajes Marsans (página 17) y otra de la aerolínea Spanair (página 19), cuya gestión corresponde a Pascual. Hay que creer en las coincidencias y no sospechar que un diario tan digno como El País se preste a este tipo de manipulaciones.   

Y naturalmente, no podía faltar la alusión a Aerolíneas Argentinas, verdadero objeto de la entrevista, en recuadro aparte. Alusiones realizadas pocos días después de que Hispanidad.com volviera a recordar que, en vísperas electorales, el escándalo de la privatización de Aerolíneas, que tanto ha beneficiado al Grupo Marsans (es decir, a Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata), continúe durmiendo el sueño de los inconscientes, y que el señor Ignacio Ruiz-Jarabo esté deseando ceder la Presidencia de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), más que nada para que el nuevo Gobierno afronte las consecuencias del caso Aerolíneas. Ya saben, excusa no solicitada es siempre sospechosa de acusación.  

En cualquier caso, con coberturas como las de El País es como se manipula a la audiencia cuando se trata de periodismo económico. Se le manipula y se le engaña.

Afirma Gonzalo Pascual que "pese a todas las calumnias que se han dicho sobre Aerolíneas, el tiempo se encargará de demostrar que hemos hecho todo lo debido". Efectivamente, será el tiempo. Por el momento, desconocemos los estados contables de Interinvest (la sociedad tenedora del 97% de Aerolíneas), correspondiente al ejercicio 2002, así como las cuentas de Aerolíneas del año 2003. Por desconocer, desconocemos hasta el contrato de compra venta de Aerolíneas, a pesar de que se trata de un contrato por el que una sociedad estatal regala (y con 753 millones de dólares de propina) una empresa a tres empresarios privados, que se comprometen a invertir el dinero que se les da en el reflotamiento de la compañía. Si el señor Pascual no desea "calumnias", lo tiene bien sencillo: que enseñe el contrato de compra venta, la documentación del concurso de acreedores y, sobre todo, que demuestre que el dinero que el erario público español le concedió para reflotar Aerolíneas se dedicó a ese fin y no a otra cosa. 

Afirma Pascual que Aerolíneas está en beneficios. ¿Y cómo podemos saberlo? ¿Por su nota de prensa?

No obstante, la entrevista posee un gran interés informativo. Por ejemplo, nos confirma los planes de Marsans: resulta que nunca han pretendido quedarse en Aerolíneas (ya lo sabíamos, pero no está mal el reconocimiento), sino lanzarlo a Bolsa y obtener una rentabilidad directa (además de la obtenida con el dinero público español, naturalmente).

Otrosí. A pesar de que Pascual (vicepresidente de la patronal CEOE) y Díaz (presidente de la patronal madrileña) siempre han asegurado que Spanair era su empresa, y que su venta a la escandinava SAS le había reportado mucha liquidez, lo cierto es que ahora nos enteramos de que "para compañías como Spanair, sobre todo después del 11-S, hay que tener un soporte financiero incondicional que no he tenido en España". En otras palabras, Pascual controla la publicidad de Spanair, pero no Spanair. Es más, esta aerolínea no le ha acarreado liquidez: simplemente, SAS ha ido aumentado su capital a medida que suscribía las ampliaciones de capital necesarias para asegurar la continuidad de Spanair.

Lo malo de este grupo especializado en obtener regalos del sector público, es que la fama de los tres mosqueteros empieza a cundir. Por ejemplo, todas las compañías aéreas les han hecho el vacío: se han ido de AECA, patronal controlada por Marsans, y han creado una nueva patronal, ACETA.

Es más, en Exceltur, la patronal de las agencias de viaje, contra la que despotrica Marsans desde la tribuna de El País, nadie se fía de Marsans, lo que ha hecho que los hombres que representan al sector turístico en la patronal española resulten verdaderos apestados dentro del propio sector. 

En cualquier caso, el presidente de la SEPI, Ignacio Ruiz-Jarabo, hubiera preferido que Pascual estuviera callado hasta la próxima semana, no más. Pero Pascual se siente demasiado agobiado en demasiados frentes, por lo que ha creado incluir en El País una entrevista de dos páginas... más dos de publicidad. 

Y el ejemplar del domingo del diario debe guardarse, y ser utilizado en las facultades de periodismo. A fin de cuentas, se aprende mucho más de él que de una colección de manuales puestos en fila.