• José Ricardo Martínez renuncia como secretario general de UGT de Madrid. El sindicalista, que derrochó 44.200 euros, es el mismo que pidió al gobernador del Banco de España que se fuera "a su puta casa".
  • También dimiten el histórico dirigente de CCOO Rodolfo Benito y el socialista Ángel Gómez del Pulgar: abandona la Ejecutiva de los socialistas madrileños, tras gastar 149.700 euros.
  • Y más, también en el PP: dejan su cargo el gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Boadilla, Manuel José Rodríguez, y el director de gabinete del secretario de Estado de Hacienda, José María Buenaventura.
  • La onda expansiva del caso se puede trasladar a las grandes corporaciones españolas, que también utilizan tarjetas, pero no opacas, para sus viajes y gastos de gestión.
  • La Agencia Tributaria abrirá una investigación para comprobar si hay uso fraudulento de las tarjetas en las empresas del Ibex 35.
  • El popular cesado en la Comunidad de Madrid, Pablo Abejas, que gastó 246.700 euros, insiste en que todos sabían lo de las tarjetas desde 1987, el Banco de España, los auditores y Hacienda.
  • La dimitida Carmen Cafranga, presidenta de la Fundación de la caja, gastó 175.200 euros, según los datos en poder de la Audiencia.
  • José Antonio Moral Santín (IU), miembro de sector prosoviético del PCE, realizó cargos por 456.500 euros, el segundo en el 'podium' de los que más gastaron. 
  • Ildefonso Sánchez Barcoj fue quien más gastó con estas tarjetas: un total de 484.200 euros.
  • La lista de nombres es larguímisma: Rodrigo Rato, Miguel Blesa, Rafael Spottorno... 
El escándalo del momento en España es el del uso indiscriminado de las tarjetas de crédito en la antigua Caja Madrid. Es un debate efectista, que llena portadas, aunque obliga también a matizar. Todas las grandes corporaciones españolas disponen de tarjetas para los gastos de representación (transporte, viajes, comidas, etc.) para sus ejecutivos. Esos gastos no están en el sueldo y no son opacos. Es decir, también cotizan. ¿O no De momento, la amplificación del caso ha llevado a la Agencia Tributaria a abrir un proceso para investigar el uso de todos los gastos de representación en las grandes empresas españolas, las que cotizan en el selectivo Ibex 35. La intención de Hacienda es comprobar si el pago con esas tarjetas oculta pagos irregulares o se utilizan como método para pagar sueldos sin tributar.  

A la espera de que esa onda expansiva aumente (siempre es una tentación para los accionistas o las asociaciones de usuarios plantearlo), el debate por las 'tarjetas fantasmas' (que no pagan a Hacienda) se centra de momento en Caja Madrid, un escándalo por la cuantía de los gastos -15,5 millones de euros-, y por el número de 'despilfarradores' -un total de 86 consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia- y, sobre todo, porque fueron gastos para uso privado al margen de los gastos comunes de representación (todas las empresas tienen gastos comunes de representación) y de los estatutos de la caja. Por ejemplo, esas tarjetas se usaron para retirada de efectivo, restaurantes, compras en supermercado, viajes...  

La crisis económica no había enseñado sus dientes todavía (el periodo del que se habla es 2002-2012), pero la situación, ahora, no es la misma. Hay demasiada gente pasándolas canutas para llegar a fin de mes, hay desahuciados por no poder pagar su piso o el dinero que los contribuyentes ha servido para poder salvar a esas mismas cajas y entidades. Eso mosquea y es lógico. Pone en solfa, por eso, la ética en los negocios, en las retribiciones y afecta a todos: a los grandes bancos y empresas españolas, a los partidos y los sindicatos.

Porque entre los beneficiarios figuran consejeros nombrados por PP, PSOE, IU, CCOO y UGT. En su informe, la fiscalía Anticorrupción aprecia indicios de delito societario y de apropiación indebida; es decir, que hablamos de supuestos delitos, no de gastos comunes de representación.

La prensa estos días ha ido sacando informaciones curiosas sobre los 'gastadores mayores del Reino', entre los que figuran ínclitos personajes.

Por ejemplo, José Ricardo Martínez llevaba 18 años al frente de la UGT de Madrid y derrochó 44.200 euros con la tarjeta fantasma de Caja Madrid como consejero de la entidad. Este fue quien le dijo al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que se fuera "a su puta casa". Hoy viernes ha sido él quien se ha ido "a su puta casa" tras dimitir. También han dimitido hoy el historico dirigente de Comisiones Obreras Rodolfo Benito, el director de gabinete del secretario de Estado de Hacienda, José María Buenaventura, que figuraba en su condición de consejero de la caja madrileña nombrado por el PP (cobró supuestamente 63.000 euros), el gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) de Boadilla del Monte, Manuel José Rodríguez (ex consejero propuesto por el PP), cuyo presunto fraude asciende a 37.100 euros, y el socialista Ángel Gómez del Pulgar, miembro de la Ejecutiva del PSM (gastó supuestamente 149.700 euros).

Pablo Abejas (PP), primer cesado por el escándalo, era hasta ayer director general de Economía, Estadística e Innovación de la Comunidad de Madrid, y gastó 246.700 euros. Hoy, en una entrevista en El País declaraba: "Todo el mundo sabía lo de las tarjetas de crédito desde 1987, incluido el Banco de España, los auditores externos e internos"; e incluso Hacienda.

Carmen Cafranga, también dimitió ayer: la presidenta de la Fundación de la caja dilapidó 175.200 euros, según los datos en poder de la Audiencia.

El ABC cuenta hoy que José Antonio Moral Santín (IU), miembro de sector prosoviético del PCE (según ABC), fue presidente de Telemadrid representando a IU. Realizó cargos por 456.500 euros, ocupando el segundo lugar de la lista de los que más gastaron. El representante de Izquierda Unida fue vicepresidente de Caja Madrid de 1995 a 2012 y miembro del Consejo de Administración de Bankia de 2011 a 2012.

Rodolfo Benito (CCOO), histórico sindicalista que integra actualmente la comisión ejecutiva confederal de CCOO, gastó 140.600 euros.

Ildefonso Sánchez Barcoj fue quien más gastó con estas tarjetas: un total de 484.200 euros. Dirigía el departamento de riesgos de la caja.

Rafael Spottorno (exjefe de la Casa del Rey) fue director de la Fundación Caja Madrid y, hasta junio pasado, jefe de la Casa del Rey. Se gastó 223.900 euros.

Aparecen también representantes de la patronal, como Gerardo Díaz Ferrán, de la CEOE, que gastó 94.000 euros, Francisco Javier López Madrid, de CEIM, que gastó 34.800 y el actual presidente de CEIM, Arturo Fernández (37.300), que afirmaba que 'solo' gastó 30.000 euros en tres años de la 'tarjeta b' y con un uso responsable.

Por su parte, el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, realizó gastos por 436.700 euros con estas tarjetas dantasmas. Blesa está siendo investigado actualmente por el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, por la comercialización de preferentes por Bankia. Segun El Mundo, Blesa dilapidó 19.000 euros durante su último mes en Caja Madrid.

Igualmente, aparece Rodrigo Rato: de los 99.000 euros gastados por el vicepresidente del Gobierno con Aznar, devolvió hace solo tres meses 54.800 euros, según ABC.

El digital Publico.es también los detalla muy bien a todos estos 'figuras'.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com