En la mañana de este jueves tenia lugar un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) con el saliente gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. Aunque Caruana vendio el encuentro como una despedida de los periodistas, el encuentro se centró en la figura de su sucesor y la polémica desertada en torno al perfil político de MAFO.

Caruana quiso mantener un perfil bajo. Incluso anunció que no ofrecería titulares a los cerca de 40 periodistas congregados en el salón de Actos de la Asociación de la Prensa. Pero lo hizo. Afirmó que sería bueno que el nombramiento de su sucesor se realizará con el suficiente equilibrio para garantizar tanto la independencia como la credibilidad del Banco de España. ¿Incluso si tenemos en cuenta que el Banco de España ya no tiene competencias en materia de política monetaria?, preguntamos. Incluso. El gobernador saliente considera que tanto los estudios y análisis como la labor de supervisión exigen independencia. También lo cree Basiela II, añade.

¿Y cree Ud. que se ha alcanzado el necesario equilibrio?, insistimos. Caruana se moja y afirma que todavía no se ha alcanzado el necesario equilibrio, pero que espera que se pueda alcanzar. No dijo más. A pesar de que la insistencia de los periodistas fue total. No respondió a si el equilibrio se alcanzaría con el nombramiento del subgobernador propuesto por el PP o si la ausencia de equilibrio perjudicaría al prestigio y credibilidad de la institución. No ayudo entrando en estos debates; es mejor no interferir.

Tampoco quiso entrar en el debate despertado este miércoles en la Comisión de Economía sobre la idoneidad de que el gobernado del Banco de España fuese nombrado por el Parlamento. Estos debates no hay que hacerlos en caliente. O sea, discreción, perfil bajo. Y al mejor modelo Greenspan señaló que si no me ha entendido es que me he explicado bien. Demasiado bien.

Por supuesto, Caruana no reconoció ningún error. Seis años se pasan demasiado rápido. Ni siquiera en relación al error de cálculo del efecto euro sobre el redondeo. Aquello fue una estimación, nunca una previsión y en ningún caso tiene relevancia en comparación a la estabilidad procurada para la economía española por la moneda única. Tampoco quiso mojarse en relación a temas polémicos que considera ajenos a su ventanilla como la avalancha de los billetes de 500 euros o el caso Forum-Afinsa.