Sr. Director:

Le envío una carta dirigida al presidente de la Junta Islámica de España.

Estimado Señor:

He leído con verdadero interés y agrado la noticia de que Vd., como Presidente de la Junta Islámica de España, ha rezado este jueves 28 de diciembre, ante las puertas de la Catedral de Córdoba antigua iglesia cristiana de la época visigótica--  pidiendo la oración conjunta de musulmanes y católicos en su interior.  

En principio, por la fecha, día de los Inocentes, empecé por no creerlo; pero, después, fuentes amigas me aseguraron su certeza. De aquí mi agrado. Por ello, sería venturoso que Vd. mismo, Sr. Escudero, organizase una peregrinación a Damasco, para pedir de igual modo y conjuntamente ante el gran túmulo de San Juan Bautista, su intercesión a favor de la "alianza de las civilizaciones. 

Yo, gustosamente participaría, siempre que me asegurasen un regreso feliz. Cosa dudosa, pues recuerdo el consejo que me dio hace años un padre franciscano durante mi breve estancia en la Luz de Oriente: "Debe Vd. ir a visitar la Mezquita de los Omeya -- templo romano y después cristiano--, allí se conserva la tumba de San Juan. Y, ante el gran túmulo que la guarda,  puede Vd. orar al Precursor, al Profeta que bautizó a su primo Jesucristo, primer santo y mártir la Cristiandad,  pero no se ocurra hacer la señal de la cruz. ¡Sería peligroso!.

¿Cree Vd., Sr. Escudero, que los tiempos de tolerancia mutua han cambiado lo suficiente, como para que haya reciprocidad en las oraciones conjuntas de cristianos y musulmanes en las mezquitas y catedrales de Oriente y Occidente? No sabe cuánto lo celebraría.

Atentamente suyo

Rafael F.  DBizen