Y entonces llega lo de la señora que tenía once hijos, y que acabó tirada en la calle, porque su prolífica familia no se ocupó de ella. La secretaria general de Asuntos Sociales, Lucía Figar, considera "penosa" y "deplorable" la situación.

Pero princesa, ¿cómo te crees que se llega a este tipo de situaciones? Si una mujer que tuvo 11 hijos quienes, por tanto, han aprendido lo que es el valor de la vida y del compartir, se 'quitan' de encima a su progenitora, ¿qué crees que van a hacer los que pertenecen a ese maravillo universo de los 300 tipos de familia creados por el centro reformismo, donde la 'parejita' ya se considera familia numerosa?

Si el universo que habéis creado es el de vivir de los padres hasta que se pueda vivir del fondo de pensiones, el de considerar que la mujer que tiene hijos es porque no sirve para otra cosa, y que el Estado, a través de una red de asilos, puede sustituir a la familia en el cuidado de sus mayores, ¿qué esperabais? Pues eso, algo penoso y deplorable.

¿De verdad pensabais en el Partido Popular que una sociedad que no respeta a los hijos iba a cuidar de sus ancianos? ¿De verdad pensabais que la Seguridad Social y la Secretaría General Técnica que diriges iba a poder sustituir a la familia? ¿Sustituir el amor, el compromiso, la entrega, por las prestaciones públicas con cargo al presupuesto? ¿En serio creíais que en un matrimonio con condiciones, que es lo que estáis fomentando (todo muy romántico), iba a aceptar, él y ella, cuidar de la suegra? ¿En serio confiabais en que una pareja que se niega a cuidar de un bebé, algo que siempre va hacia arriba, iba a consentir en atender a un anciano, cuya curva vital se apaga y que, por tanto, exige más cuidados que un bebé y aporta menos futuro? ¡Mos-anda! Querida Lucía: no sé si sois tontos, malvados o ambas cosas a la vez.

Abandonar a un perro sale en España más caro que abandonar a un anciano. Pero el parangón tiene algo de demagógico. En efecto, sale más caro abandonar al perro que a la abuela, pero al perro puedes matarlo, mientras que a la abuela, por el momento, no. Aunque todo se andará.

El control de natalidad lleva, como de molde, al control de mortalidad. Occidente, principalmente por egoísmo, no ha querido tener hijos, sin darse cuenta con que a la vuelta de unos años, con una sociedad envejecida, se encontraría con una tragedia mucho mayor: Occidente no quiere tener ancianos. Para contrarrestar a los niños inventó la píldora y el aborto; para contrarrestar la marea de ancianos inventó los asilos, pero, al parecer, no son suficientes. España dispone ya de más de 8 millones de pensionistas y de 1,4 millones de ancianos (en su mayoría ancianas, ya saben, en las esquelas nunca aparece "su desconsolado viudo", sino "su desconsolada viuda"), que viven solos: Do you understand, Lucía?

Eulogio López