Sr. Ministro de Defensa:

He sido marinero del reemplazo 4/94, con el número 4.118 en el CIM de Ferrol. Le aseguro que no me arrepiento de haber realizado el servicio militar. He tenido la suerte de conocer por dentro nuestra Armada, aprender y responsabilizarme en mi puesto. Me enseñaron que el trabajo bien hecho se premia y que es además una garantía para el resto, con quienes tienes que contar en cualquier situación. Gané muy buenas amistades y fui bien instruido, por unos mandos que siempre estuvieron accesibles y dispuestos. Cuando me enseñaron las canciones de los marineros que yo tantas veces había oído, pensé en la carga de su significado y como me erizaban la piel. La Salve, La Oración y por supuesto el conocido entre la marinería como Soplen serenas las brisas.  Sí usted actual Ministro de Defensa es quien ha promovido, encargado y consentido tales cambios, vaya por delante mi rechazo a tan absurda actuación, y mi desprecio a su mandato. Este juicio no es baladí, y le razonaré el por qué.

Consideraba que usted Sr. Bono, como todos los políticos, es en ocasiones oportunista en función de sus intereses partidistas o personales, pero que era honesto y leal con sus principios, como católico y como español. Que es como aún hoy se considera la mayoría de la ciudadanía en España. Ante todo, que un Ministro, y como es en este caso usted de Defensa, dé la orden de promover tales cambios, habla poco a su favor, pues tiene este Ministerio asuntos muchos más importantes que promover la mutilación de la letra original, no sólo del Himno de la Escuela Naval de Marín escrito por José María Pemán hace más de cincuenta años, sino de tantos otros como un motivo más de discordia en la sociedad. Se frotan las manos los revisionistas, y aprovechan todos los desafectos a España, con la idea de vaciarla de contenido, de mutilar su pasado o sencillamente esconder todo aquello que recuerde sus raíces, que son y serán españolas; guste o disguste.

Sr. Bono que alguien como el otrora José Luis Pérez, conocido actualmente como Carod Rovira, esconda sus raíces, matice su pasado, y reniegue de su realidad de español, es toda una muestra de su amarga personalidad, pero que lo haga un ministro promoviendo tales cambios, para dar gusto a su otro yo, como señal de modernidad y pacifismo, dando pábulo a los que reniegan de su propio origen e identidad, es hipócrita e inmoral. Claro que en este punto si nos ponemos a describir la actualidad política que los medios de comunicación publicitan, nos encontraremos dentro de los renegados a una profusa legión que representa a tan sólo el l8% del electorado de nuestro país. Por eso me resulta absurdo recordar al Sr. Ministro que su mandato emana de todos los españoles y para los españoles.

Por último darle un sencillo ejemplo : Sí a la letra del popular y eurovisivo Eres tú de Juan Carlos Calderón interpretado por el grupo Mocedades, le cambiáramos en su estribillo como el fuego de mi hoguera... por como el calor de mi casa... la canción y su lírica perdería garra, sensibilidad y significado.

Sr. Bono usted si que se está cubriendo de gloría con sus últimas actuaciones, prefiero las de Mocedades, ahora no le queda más que presentar este proyecto al Consejo de Ministros para que lo apruebe, y después que lo ratifique el Rey de España. Ante su evidente falta de consideración por los españoles, no cuente usted nunca más ni con mi apoyo, ni con mi simpatía.

Gonzalo López Baigorri

glbaigorri@bluewin.ch