Sr. Director:

Dirijo esta carta al alcalde de Madrid, don Alberto Ruiz Gallardón.

Querido Alberto :

Te pediría encarecidamente apoyada, en un gran numero de ciudadanos que además de serlo somos católicos,  judíos, protestantes, o musulmanes  que ya que figuras públicamente como católico, o bien manifiestes públicamente que has dejado de serlo o de la misma manera pidas perdón en público y en privado por haber desobedecido  públicamente las directrices de la propia Iglesia a la que perteneces en materia de uniones homosexuales.

Y esto por varias razones:

La primera ley de cualquier ser humano es la de su conciencia, la del credo a que pertenezca, y muy en último lugar se puede considerar la ley civil, en este sentido si tu conciencia  coincide con la ley civil y no  con la ley de tu propia religión, ya tienes una razón para ser valiente y coherente y declararlo y prescindir de tal credo en tu intimidad  y de tal religión públicamente ya que  contradicen frontalmente a la ley civil. 

En segundo lugar, debes pedir perdón pública y privadamente y rectificar  si realmente tu propia conciencia, y tu religión te exigen una cosa y actúas en sentido contrario, debes pedir perdón por escandalizar, por mentir y por actuar falsamente en este segundo caso si fuera el tuyo.

En tercer lugar porque has ofendido grave, privada y públicamente a la Iglesia Católica a su jerarquía y a sus fieles, a la que dices pertenecer haciendo ostentación de ello.

Quizá hayas leído muchos libros, muchos, de historia, si no lo has hecho no dejes de hacerlo, en esos libros muchas veces se narran vidas y circunstancias de muchas personas que han perdido hasta la vida por defender sus creencias desde el siglo I hasta nuestros días y la de muchos también que han dejado que sus principios se entregaran por un plato de lentejas. 

Los primeros mueven el mundo y la historia del tiempo que les ha tocado vivir.

Los segundos no son envidiables en absoluto y han hecho capítulos muy tristes de su propia vida y de los tiempos que les tocó vivir.

Rectifica y pide perdón, debes hacerlo en cualquier caso ya que ninguno hemos oído que hayas dejado de ser católico a día de hoy, y por cierto con el tiempo puede que entiendas que sin ser alcalde de Madrid y sin ganar elecciones y sin caer bien se puede vivir, traicionando la propia conciencia y las propias creencias que uno dice tener se malvive cada vez peor además.

Un saludo y ánimo, se valiente. 

Lola Fernandez- Purón

lolacarmenfp@hotmail.com