El PSC quiere hacer valer los 21 diputados que aporta a la mayoría socialista en el Congreso. El pulso se mide en términos de rostros. Por eso, el secretario general del PSC, Josep Montilla, es seguro en el nuevo gabinete. Pero el "federado" PSC no sólo quiere cuotas, sino que quiere gobernar. El "corta-pega" practicado en materia de horarios comerciales no es sino un anuncio de lo que será la próxima legislatura. De esta forma, el Tripartito catalán se convertirá en un indicador adelantado de lo que probablemente será la política del Ejecutivo Zapatero. Mal asunto, si nos fijamos en la experiencia autonómica en materia familiar. 

La Generalitat trabaja desde hace algunas semanas en un borrador de horarios comerciales que pretenden llevar al Parlament en mayo para su posterior aprobación antes del verano. Dicho borrador contempla la reducción de los festivos no santificados de 12 a 8. Exactamente, la misma propuesta que la que Zapatero pretende llevar a nivel nacional. ¿Casualidad? 

El pasado 5 de marzo, el presidente de Carrefour, Rafael Arias Salgado, anunció que instaría al Gobierno, a través de la patronal Anged, para que recurriese dicha normativa ante el Tribunal Constitucional. "La legislación estatal está recurrida ante el Constitucional por el Gobierno de Cataluña, y hasta que se pronuncie sobre quién es competente para regular los horarios comerciales lo lógico es no modificar la normativa", señaló entonces Arias Salgado

Obviamente, la situación ha cambiado porque, al margen de problemas competenciales, ambos gobiernos -catalán y español- tienen las mismas siglas y comparten el mismo proyecto. Batalla perdida. Como perdidas serán las batallas contencioso-administrativas que Carrefour pudiera presentar contra los reglamentos que desarrollen dicha norma. 

Por si fuera poco, el Ejecutivo Zapatero anuncia que congelará las licencias a aquellas empresas que ostenten más de un 25% de cuota. Un anuncio con nombres y apellidos porque sólo Carrefour supera dicha barrera con un 30,9% de cuota frente a Alcampo y Eroski con un 16,6 y un 14,5%, respectivamente. Ciao, ciao al proyecto de Salgado de abrir 28 centros en el presente ejercicio. Menos mal que el partido socialista anunciaba en su programa su apuesta por el libre mercado...

El ex Ministro de Fomento del primer gobierno Aznar señaló a principios de marzo que existía espacio comercial en el mercado español para abrir 100 nuevos centros. Un optimismo que se ha venido abajo con la moratoria anti-Carrefour, impulsada desde Cataluña, donde la anterior Administración catalanista ya había frenado aperturas motivados los dictámenes del Tribunal de Defensa de la Competencia autonómico. 

El Gobierno popular, sin embargo, siempre ha sido partidario de la liberalización comercial. El mismo ministro de Economía, Rodrigo Rato, señaló que dicha liberalización supondría un recorte de un punto en el nivel de precios. Desde la sombra, Pedro Swartz, animaba la fiesta liberal impulsando estudios que avalaban las bondades de la liberalización. Salgado asentía consintiendo en una "discriminación" positiva para el pequeño comercio que favoreciese la desgravación en las cotizaciones sociales de los empleados en festivos y beneficios fiscales para los locales comerciales arrendados. 

Pero todo esto se acabó. Los socialistas necesitan enviar una señal inequívoca al mercado de que han llegado. Como lo hicieron en 1983 con la expropiación de Rumasa. Carrefour puede ser la Rumasa de Zapatero. Con el inconveniente de que Carrefour es una compañía de capital francés y el "nuevo orden mundial" descrito por Jesús Caldera implica el acercamiento de España a Francia. Un acercamiento más sencillo, si se confirma el cambio político en el país vecino. Pero también complicado por el ataque practicado por el nuevo Gobierno español a una compañía francesa. Ya saben, "lo que es bueno para Carrefour, es bueno para Francia". Patrioterismo capitalista, que se llama. 

Por lo demás, el incumplimiento del segundo mandamiento de la Ley de Dios, resulta poco rentable. Según un reciente estudio del INE, tan sólo un 4,6% de los españoles realizan sus compras en domingo. Además, un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid revela que la experiencia francesa de apertura dominical supone un incremento de costes del 15%, frente a una mejora de los ingresos de tan sólo un 0,5. Y es que, de verdad, no pasa nada por descansar, santificar las fiestas e invertir en la propia familia.