El hasta ahora cónsul general de España en Oporto y Tetuán, Carlos Blasco, ha sido nombrado nuevo embajador de España en la República china. Blasco ingresó en la carrera diplomática en 1972, fue director-jefe de la sección de políticas comunitarias y Director de Relaciones con la CEE y EFTA. Posteriormente fue el consejero comercial-jefe de la Oficina Comercial de la Embajada de España en Buenos Aires y fue Director General de Relaciones Económicas Internacionales. Posteriormente fue nombrado embajador en el Brasil y en 1992 fue castigado al puesto de cónsul.

Ahora, tras dos años y medio de mochilero, tratando de que Moratinos le hiciera caso, ha logrado un puesto de más relumbrón. Y la verdad es que la embajada de China es una de las más trascendentales debido a la deslocalización industrial. Blasco deberá gestionar los crecientes intereses españoles en el país amarillo, velar por el cumplimiento de las cuotas de exportación de productos textiles.