El cliente, veterano en Canal Plus, llama al teléfono de atención al abonado para darse de baja. Al otro lado de receptor, insisten en conocer las razones: ¿cómo puede alguien darse de baja de Canal Plus? No es lógico. El cliente insiste en que se va a cambiar de domicilio y, al final, confiesa que el precio le parece demasiado caro.

La respuesta llega rauda: por supuesto que lo es. Es más, le pagamos la instalación en el nuevo edificio y además, ya no le cobró 48 euros mensuales sino 30, e incluso le aumento el paquete de servicios hasta noviembre.

Pero las presiones son aún más fuertes para intentar que el cliente del antiguo Plus se pase a Vía Digital. Y ojo, porque si hay recalcitrantes que quieren mantenerse en el tradicional, llamado ahora a abrirse, a lo mejor lo pueden pasar mal en casa Polanco. Hay que tener en cuenta que el contrato del Plus asegura la ausencia de publicidad, salvo en los espacios abiertos.