José María Calleja apuntaba en Onda Cero que lo que más nos impacta visualmente es lo que menos relevancia tiene en el cómputo general de la inmigración. Sólo un 4% entra por cayucos, sin embargo no prestamos mayor atención a los que nos llegan por vía aérea desde Latinoamérica o de Europa del este. La gente que viene a España buscando trabajo se juega la vida. Los acuerdos con los países de origen sería lo ideal, pero esos países tienen una estructura de corrupción, y ahí es donde tenemos el problema. ¿Cómo conseguir que la gente que pueda venir a España pueda hacerlo sin jugarse la vida y hacer de eso una política de Estado? Es metafísicamente imposible. Es el fenómeno más importante en la sociedad española desde que se instaló la democracia y no hay acuerdos entre PP y PSOE; y es un terreno propio para la demagogia. En cuanto empecemos a disputarnos los puestos de trabajo cuando haya una situación de crisis económica...