El diputado popular Miguel Barrachina, insiste en el escándalo : Caldera destinó 2.115.000 euros a una residencia de ancianos en la localidad salmantina de Béjar, municipio del ministro. Eso es muy bueno para Béjar, pero quizás poco lógico con el resto de España. Y es que Borrachina demanda que haya un reparto menos sectario de los fondos para subvenciones a ONG provenientes del IRPF. Y reitera el ejemplo de la AVT una organización que aglutina a 3.050 víctimas directas del terrorismo- que quedó fuera de la subvención del departamento de Caldera en 2005 para recibir 50.000 míseros euros en el 2006. Una cantidad ridícula si la comparamos con los más de dos millones de euros de la residencia de ancianos del pueblo del ministro.

Es igual: los tratos de favor y las corruptelas ya no venden, por ejemplo, la utilización de un avión oficial por parte de Zapatero para llevar a su niños a Gran Bretaña o para escuchar cantar a su esposa en Berlín, no han tenido ninguna consecuencia política.