El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, está muy enfadado con los curas de Cajasur, y ha calificado al presidente de la caja, Santiago Gómez Sierra, de mezquino, por no admitir la fusión con el compañero de partido de Griñán, con el socialista Braulio Medel, o sea con Unicaja.

Y es que esto no puede ser porque si Cajasur, o sea, los curas, hubiesen hecho lo que creían que debían hacer, es decir, se hubieran fusionado con Caja Murcia, el señor Griñán hubiera perdido unos de sus resortes de poder en Andalucía, que se habría marchado camino del Levante. A Griñán y a Braulio Medel les apoyaban, por pura casualidad, CCOO y UGT, mientras el sindicato mayoritario en Cajasur, Aspromonte, apoyaba -con matices, pero apoyaba- a los malvados curas. ¿Por qué será, si la fusión Unicaja-Cajasur nada tenía de política?

Pero hay más. La verdadera razón por la que Cajasur y Unicaja no se fusionaron fue porque las condiciones que impuso el socialista Medel al cura Gómez Sierra fueron draconianas. Y el gran error del cura Sierra consistió en creer en la buena fe de los socialistas -¡Estos curas!-. Y así, que aquí todo es copulativo, mientras Medel se apresuró a pagarle muchos millones a Boston Consulting Group como asesor en el matrimonio, los canónigos de Cajasur no contrataron a nadie. ¿Cómo se puede ir por la vida sin pagar a un buen banco de inversión o perito de lujo, a ser posible con nombre en inglés? ¡Estos curas...!

Y así, Boston, por pura casualidad, decidió que sobraban 1.000 de los 3.000 trabajadores de Cajasur. Y, fíjense qué cosas, uno de los expertos de Boston que llegó a tan extraordinaria conclusión fue Oscar García que, desde hace dos meses, por pura casualidad, ha sido fichado por Braulio Medel para el Departamento de Planificación de Unicaja.

¿A que es genial? ¿A que nos hemos caído todos del guindo mismamente ayer? Sí, lo de Cajasur no ha sido más que una monumental estafa y un robo a la Iglesia.

Y de paso, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de posesión sus progresías, será feliz expedientando a todos los curas del Consejo de Cajasur. Esto de condenar a los curas le mola cantidad.

Como les mola a los tontos del Partido Popular andaluz, cuyo portavoz, ex vicepresidente de Cajasur en representación del PP, Juan Ojeda, ha corrido presuroso en socorro del vencedor y ha asegurado, con toda firmeza, que los responsables del desastre son los canónigos. Luego, Mariano Rajoy se preguntará por qué razón, a pesar de la debacle del PSOE, el PP no acaba de cuajar como alternativa de Gobierno. ¿A ver si va a ser por gente como el señorito Ojeda?

Eulogio López

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