Es la respuesta de Gómez Mora ante la fusión de Ciudad Real, Cuenca y Albacete. El Banco de España no consigue una Rural Nacional pero consigue que el líder del Sector, Cajamar, mueva ficha. Lo que está en juego es el modelo crédito cooperativo que MAFO quiere eliminar: tanto las cajas de ahorro como las rurales deben convertirse en bancos

Cajamar, la antigua Caja Rural de Almería, a la que luego se fueron uniendo Málaga y otras entidades, es el líder del crédito cooperativo español. Su presidente, Antonio Pérez Lao y su director general, Manuel Yebra Sola, mantuvieron el pasado viernes, en la sede de Cajamar en Madrid, una reunión con Andrés Gómez Mora y Rafael Martín Molero, presidente y director general de la Caja Rural de Toledo, respectivamente (antes se habían reunido en Málaga) con el objeto de perfilar los flecos del acuerdo de fusión entre Cajamar y la Rural de Toledo.

Hay que recordar que Cajamar se ha resistido siempre al proyecto de máximos del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para las cooperativas de crédito una sola caja rural en toda España con un paraguas SIP, es decir, bancario. Y esa batalla doctrinal se dilucida ahora mismo en Castilla-La Mancha.

Veamos: las rurales de Toledo y Ciudad Real han abordado al menos dos negociaciones de fusión en los dos últimos años y, además, Toledo también ha negociado con Albacete; las tres rondas fracasaron. El presidente de la Rural de Ciudad Real, entidad que tiene la mitad de activos que Toledo pero el doble de resultado operativo, se cansa de las dilaciones del presidente de la Rural de Toledo, Andrés Gómez Mora y este verano negocia una fusión con la Rural de Albacete y la de Cuenca, que finalmente se anuncia el pasado jueves. Toledo será la sede de las fusionadas Caja Rural de Ciudad Real, Caja Rural de Cuenca y Caja Rural de Albacete.

Lo que no podía saber el presidente de Ciudad Real, Luis Díaz Zarco, es que la Rural de Toledo iba a tomar venganza arrojándose en manos de Cajamar. Y es que no podemos hablar de una fusión entre una entidad con un activo de 50.000 millones de euros con otra que no alcanza los 4.000, sino de una absorción de Toledo por Cajamar. Y así ha sido.

No es lo que quería el Banco de España, pero contribuye, al igual que ocurre con las cajas de ahorros, a deslocalizar el crédito rural y a caminar hacia la conversión de las cooperativas de crédito rural en sociedades anónimas.

Eulogio López

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