No se engañen: Esperanza Aguirre ha ganado la batalla a Gallardón y ZP, pero no nombrará al sustituto de Blesa: sólo lo propondrá. El alcalde de Madrid ya no es imprescindible para el presidente del PP.

PRISA apuesta por el ex vicepresidente de Aznar. Ahora mismo, Caja Madrid es la entidad que más preocupa al Banco de España

Al final, parece que Esperanza Aguirre ha logrado ganarle la batalla -a costa de ceder- a Rodríguez Zapatero y a Alberto Ruiz-Gallardón, ambos aliados contra ella en el caso Caja Madrid. A Moncloa le ha desarmado la cesión de Aguirre, que ha modificado la ley en el sentido que argüía Moncloa -más poder para los ayuntamientos, etc-. Por su pare, Gallardón ha quedado neutralizado porque Mariano Rajoy, triunfalista tras las últimas elecciones europeas, considera ahora que Aguirre es peor enemigo que Gallardón. En otras palabras, si se hubiera estrellado en las europeas se habría reproducido la operación Aznar: llegada a Génova del ex presidente para poner orden en el gallinero y nombrar candidato a la Moncloa por el PP al alcalde Gallardón. Lo diré de otra forma. Rajoy está ahora convencido de que puede llegar a ser presidente del Gobierno y no necesita de la popularidad traicionera del alcalde Madrid para seguir liderando la oposición. Está crecido, el tío.

Ahora bien, Aguirre ha ganado la batalla a La Moncloa, al socialismo madrileño, en disolución, y a su archienemigo, el correligionario Gallardón, pero no significa que haya ganado la guerra. Será Rajoy quien decida el nombre del futuro presidente de Caja Madrid. Los nombres que suenan son los de siempre: Manuel Pizarro, Luis de Guindos, Estanislao Rodríguez Ponga, Ignacio González... Ahora bien, el nombre favorito de Esperanza Aguirre continúa siendo Rodrigo Rato, cuya carrera en Lazard deja mucho que desear: fue fichado para casar operaciones y con la crisis no se casa ninguna.    

Ahora bien, el precitado triunfalismo ha propiciado cambios también en este punto.

Hasta el momento, era Rato quien no aceptaba el ofrecimiento de doña Esperanza, mientras Rajoy consideraba que era una buena manera de liberarse del líder que más sombra puede hacerle en el Partido. Ahora, por el contrario, se siente tan seguro que duda si ofrecerle un puesto de tanta relevancia -hablamos de la cuarta entidad financiera del país- a su antiguo colega en la Vicepresidencia del Gobierno.

Hay otro punto a esclarecer: Aguirre no es del agrado del grupo Polanco pero el Gobierno de la Comunidad y PRISA coinciden aquí plenamente: ambos quieren ver a Rato como presidente. La razón es muy simple: dentro del plan de salvamento del grupo PRISA, hoy en quiebra técnica, los Polanco pretenden que algunos bancos acreedores, sobre todo Caixa y Caja Madrid. Capitalicen deuda en su nueva sociedad de refugio de activos audiovisuales: en resumen, un favor que Rodrigo Rato podría conceder a sus amigos de PRISA.

Y no olvidemos lo más importante de todo. Caja Madrid es la entidad que más preocupa hoy en el Banco de España. Un año de enfrentamientos por el poder pasa factura al balance. Siempre.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com