Por su parte, Rato pide al PP un consejo de Administración afín a su persona. Moral Santín también abandona a Miguel Blesa. Suena Arturo Fernández para el Consejo de Caja Madrid. En el entretanto, Gallardón a lo suyo: degollar a Aguirre con las listas a la Asamblea de la Caja.
Miguel Blesa asegura que hay dos personas que le han traicionado: Moral Santín y Antonio Vázquez. El vicepresidente de Caja Madrid, de Izquierda Unida, rompió el pacto con Blesa y se entregó a Aguirre para reeditar el llamado compromiso histérico entre la derecha pepera y los rojos, o al menos encarnados, de Izquierda Unida y Comisiones Obreras. Con Vázquez porque Blesa sigue diciendo que le nombró él y que, en pocas palabras el principal cometido de Vázquez consistía en hacer presidente de la empresa fusionada (primero British-Iberia, más tarde lo intentó con Lufthansa-Iberia) y lo que ha hecho Vázquez es convertirse, él mismo, en el presidente de la quinta línea aérea del mundo.
Y es que la salida de Blesa de Caja Madrid amenaza con ser traumática. Porque la batalla de Madrid aún no ha concluido. De entrada, Rodrigo Rato está más que enfadado por el veto -que habrá que considerar temporal- de Génova a Juan Costa como director general. Lo normal es que comience su tarea como presidente-director general, dejando para después el nombramiento de un CEO.
Pero no sólo eso: Rato exige que las listas del PP se llenen con nombres de su cuerda, para contar, a posteriori, con un Consejo de Administración afín. Y todo indica que Esperanza Aguirre, la primera que puso sobre el tapete el nombre de Rodrigo Rato como presidente de Caja Madrid -aunque ciertamente, ligado a la operación política de descabalgamiento de Rajoy- está cada día más fuera de toda negociación.
En cualquier caso, lo que se abre ahora en Caja Madrid es un pacto de estabilidad. El actual, formado por PP más Comisiones Obreras, no parece suficiente. Se precisa incluir al PSOE. De hecho, si sumamos PP, PSOE, patronal y sindicatos controlarían 19 de los 22 puestos del Consejo: mayoría absolutísima.
Ya hemos dicho que Moral Santín se apresuró a abandonar a Blesa y reeditar el pacto con el PP pero ahora se trata de sumar al PSOE. Pues bien, Tomás Gómez, presidente de los socialistas madrileños, y a quien Zapatero, durante el último Comité Federal mostró su apoyo para negociar Caja Madrid, exige al PP una vicepresidencia y la entrada de los socialistas en la Comisión Ejecutiva de la entidad. Si el PP ya se ha comprometido a mantener como vicepresidente a Moral Santín no es su problema, pero sorprendería ver a Rato rodeado de dos vicepresidentes, uno socialista y otro comunista.
Pero hay más. Para lograr este pacto de estabilidad en Caja Madrid, Tomás Gómez exige al PP que renuncie a emitir cuotas participativas en Caja Madrid y que, pasando de lo particular a lo general, renuncie a privatizar la entidad. Esto no sólo contradice a un Rato partidario de convertir a las cajas en bancos sino a otros muchos socialistas, por ejemplo la vicepresidenta económica, Elena Salgado y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO).
En el entretanto, el alcalde Gallardón a lo suyo: terminar el degüello político de su compañera de partido, Esperanza Aguirre.
Por eso, el señor alcalde anuncia que puede retirar el recurso, pero no lo hace. Recordemos que el ayuntamiento de Barcelona, socialista pero aliado de Gallardón, también llevó la parálisis en la renovación de Caja Madrid a los tribunales, pero acaba de retirar el recurso. Y aunque Gallardón desista, la juez podría mantener la paralización. El mensaje que termita- Gallardón lanza al partido es éste: quiero participar en la confección de las listas para Caja Madrid.
Por cierto, suena Arturo Fernández, Grupo Cantoblano y presidente de la patronal madrileña, para el Consejo de Administración. Fernández, hoy uno de los hombres más ricos de España, sucedería a su cuñado, el actual presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.
Eulogio López
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