Los impuestos siguen friendo a los españoles.  
La economía del país subsiste a base de impuestos: los gastos sólo descienden en un 4%, mientras que los ingresos crecen en un 26,8%.
Todo alegría y felicidad porque parece que se está logrando el objetivo de disminuir el déficit público. Y es verdad, se está haciendo pero a costa de que los ciudadanos cada día paguen más impuestos.
En los once primeros meses de 2009 el Estado presentó un saldo negativo de 68.509 millones de euros, mientras que hasta noviembre de 2010 se ha reducido hasta los 43.047 millones. Eso significa una caída del 45,8%.
Pero es que los ingresos por impuestos han crecido por noveno mes consecutivo, al aumentar en un 11,1%. Y si nos fijamos en la recaudación por la subida del IVA se podrá comprobar que con esta subida al recaudación ha mejorada casi un 50% (45,4%) llegando a ser de 46.947 millones. En caso de que no se hubiera subido el tipo de IVA, el déficit habría sido de casi 90.000 millones, mucho más que en el año anterior.
Esto demuestra que lo importante es reducir el gasto, no reducir a costa de subir el IVA (pese a que la ministra de Economía ha afirmado que se piensa volver a tocar). Si no, en el fondo, se reducirá pero porque los ciudadanos tienen que pagar más impuestos. No hay más que ver cómo han subido los impuestos especiales del tabaco, y lo que subirá el gasóleo, la electricidad.
Y mientras tanto, los ingresos por el Impuesto de Sociedades caen en un 17,3% (por que hay menos empresas), mientras que la recaudación por el IRPF crece en un 4,7% (pero lo malo es que es dinero que recaudan ahora pero que van a tener que devolver en unos meses).
En el fondo, no está la situación como para estar muy contentos. Mientras tanto los ciudadanos continúan pagando la ineficacia de quienes gobiernan.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com