La plantilla del Santander Central Hispano anda ligeramente cabreada por el traslado de los servicios centrales a las afueras de Madrid (a la localidad de Boadilla del Monte, para ser exactos). En primer lugar, porque queda fuera del centro. En segundo lugar, por la cantidad de rotondas que alegran la carretera de acceso. En tercer lugar, porque han reducido despachos, quizás porque una cosa es comprar metros cuadrados baratos y otra bien distinta no aprovechar el espacio disponible, independientemente de su precio.

 

Por último, y más importante, porque la lejanía no permite regresar al hogar a la hora del almuerzo de mediodía, y muchos empleados del centro corporativo, la mayoría, trabaja por la tarde.

 

Eso sí, Botín dispondrá de la mejor piscina para practicar su deporte favorito (la natación), sin necesidad de que se le derrumbe el piso y se filtre el agua a la planta inferior, como le ocurriera en el edifico clásico ubicado en pleno centro de Madrid (Plaza de Canalejas, a cien metros de la Puerta del Sol), donde se construyó una piscina en el tercer piso.