Con una dureza sin precedentes, los obispos mexicanos (ver comunicado), que cuentan con el pleno apoyo de sus colegas norteamericanos (ver información de la agencia Zenit), proponen la desobediencia civil contra la nueva normativa actualmente en discusión en el Capitolio- por que la que se criminaliza la inmigración e incluso se pude condenar a aquellos que ofrezcan ayuda humanitaria a los sin papeles. Se trata de unas de las legislaciones más restrictivas, complementadas por otras medidas como el establecimiento de barreras artificiales muros- y el aumento de la policía destinada a vigilar las fronteras.

La nueva normativa ha puesto en pie de guerra a la comunidad hispana norteamericana que cuenta con más de 35 millones de miembros, mayoritariamente procedentes de México. Se calcula que existen en Estaos Unidos 12 millones de hispanos ilegales, que podrían ser deportados, aunque tengan vínculos familiares con otros trabajadores legales.

Curiosamente, los que más se oponen a estas deportaciones son los empresarios, que consideran necesaria la mano de obra hispana.

El Capitolio afronta una media tan xenófoba al mismo tiempo que trata de firmar un tratado de libre comercio con todo el continente americano, además de profundizar en el tratado de libre comercio de Canadá Estados Unidos y México.