Sr. Director:
Con referencia a su artículo titulado Catalanes: meditad un instante, pienso que no ha atinado al hacer un llamamiento a los catalanes en su generalidad -que no, Generalitat-.

 

¿Qué por qué le digo eso? Pues está muy claro, somos muchos los catalanes aficionados a la Fiesta que nos vemos sobrepasados, una vez más, por las arbitrariedades de nuestras Autoridades.

Pienso que es una burla y un escarnio el prohibir la Fiesta en Cataluña, cuya capital Barcelona, ha sido la única ciudad del mundo que ha tenido tres plazas de toros funcionando a la vez. No le voy a cansar haciéndole una larga exposición de las grandes figuras que han triunfado en Barcelona ni tampoco las grandes figuras que se han hecho aquí. No se puede decir, por tanto que no haya afición en Barcelona. O que Barcelona sea una ciudad antitaurina. Es a todas luces, una maniobra más de los nacionalistas para, el día de mañana, exponer que nuestras culturas -la española y la catalana- son totalmente diferentes y que, por tanto, nada nos une.

Me sorprende que nadie haya respondido a las Autoridades con argumentos como los siguientes: ¿Por qué no a la Fiesta y sí a los correbous?, o, ¿por qué no a la Fiesta y sí al aborto?  ¿Cabe más crueldad que éstas que le cito?

Juan Martínez