Como es sabido, Alfonso de Salas, presidente de Unedisa, editora de El Mundo, quiere publicar el diario El Economista. Se trataría de una diario económico (el cuarto de Madrid) pero dedicado especialmente a la investigación. El diario digital PRNoticias ya ha informado, y con gran solvencia sobre el proyecto, pero desde Hispanidad podemos aportar un pequeño detalle: la bronca entre Pedro J. Ramírez y Alfonso de Salas a costa de El Economista. El asunto es sencillo : el principal accionista del futuro diario será Constructoras San Martín, precisamente los mismos que pueden hacer que Alberto Cortina y Alberto Alcocer terminen en la cárcel, por el caso Urbanor. También figuran en el accionariado de El Economista, la Inmobiliaria Chamartín y la constructora San José, muy ligada al presidente del BBVA, Francisco González. El Economista va a ser un periódico muy constructivo.

Durante un desayuno con periodistas celebrado la pasada semana en el madrileño Hotel Eurobuilding, Alfonso de Salas habló más de los Albertos que de El Economista, y les llamó de todo menos bonitos. Era una forma de escenificar que El Mundo está contra los Albertos, y a Pedro J. Ramírez no le gustó. Tampoco a los socio mayoritarios italianos, Rizzoli, que por el momento se niegan a participar en el accionariado de El Economista.

Desde luego, si hay algo deseable, y hasta morboso, en el periodismo occidental es que surja un periódico dedicado a la investigación en el terreno económico, pero su independencia queda en entredicho desde el momento en que esté ligado a grupos empresariales de cierta enjundia y a medios de información general. Puede resultar una contradicción in terminis. Los compromisos económicos de El Mundo, o bien los compromisos económicos de los constructores accionistas, podrían ahogar la autonomía de los redactores. Hoy por hoy, la única independencia frente a los poderes económicos es Internet, por la universalidad de la Red y por el diminuto tamaño de las empresas periodísticas que pululan por ella.