España también tendrá que reconocer los resultados electorales

Brasil está a punto de reconocer la victoria de Pepe Lobo en Honduras. De hacerlo, la situación del depuesto presidente, Manuel Zelaya, se convertiría en más compleja. Y eso a pesar de que Zelaya ha afirmado que pretende permanecer en la legación diplomática mientras que Brasil se lo permita. Será siempre. Lo que pasa es que la embajada no es muy cómoda. Más bien lo que ocurre es que Zelaya está buscando que el Gobierno español le acoja como salvador de la patria, como jefe de Estado. Y cuanto más tiempo pase, más dificultades tendrá España de equivocarse. Porque si ahora haríamos el ridículo, tras la toma de posesión del 27 de enero próximo, el ridículo sería absolutamente insoportable.
Tras el reconocimiento de las elecciones por parte de Estados Unidos, España no tiene más remedio que hacer lo propio. En primer lugar, por sentido común: no hay otra salida para una situación de impasse que unas elecciones. Máxime cuando han sido limpias y ha podido participar todo el mundo. Se trata de las elecciones hondureñas más observadas a nivel internacional. Y las más participadas: un 60% del censo, una cifra elevada si tenemos en cuenta que el 20% se encuentra en Estados Unidos.
Ahora nuestro Gobierno dice que le falta información. ¿Por qué no enviaron observadores internacionales para tener información de primera mano? O al menos, ¿por qué no enviaron observadores de perfil bajo, técnicos electorales como hizo la UE? La gestión de la diplomacia española en el asunto de Honduras ha sido un caos mayúsculo, un desatino como dice Carlos Iturgaiz, presidente de los observadores internacionales del Grupo Popular Europeo. Y ahora toca dar marcha atrás a esas expresiones maximalistas de que en Honduras no hay democracia. No era obligatorio equivocarse de manera tan abultada.
Y por cierto, Pepe Lobo anuncia que no tendrá una relación de subordinación con Chávez. Era lo que los hondureños querían escuchar. Al fin y al cabo, su partido, el Partido Nacional, es el partido de derechas. Ahora sólo queda que se dé marcha atrás al ALBA. Su contrincante, Elvin Santos, asumió ese compromiso en la jornada de reflexión.