• Más de 10.000 personas piden al Gobierno que incremente el gasto en transporte, salud, educación y viviendas asequibles.
  • Hasta ahora, se han entregado sólo la mitad de los proyectos prometidos para el Mundial y muchos de ellos sólo están parcialmente terminados.
  • La presidenta Rousseff se justifica: "Una línea de metro no queda lista en dos años".  
A escasos días del comienzo del Mundial de Fútbol (el 12 de junio), en Brasil se recrudecen las protestas ciudadanas por lo que se consideran gastos fastuosos en contraste con la pobreza de muchos.

Por ejemplo, unos diez mil trabajadores sin vivienda marcharon pacíficamente hacia el estadio Arena Corinthians (Sao Paulo), sede del partido inaugural de la Copa del Mundo. Los trabajadores exigieron al Gobierno que incremente el gasto en transporte, salud, educación y viviendas asequibles.

A esta protesta se ha sumado la convocatoria de huelga del sindicato de trabajadores del Metro de la localidad, que se ha iniciado a medianoche, así como la de la Policía de tráfico, que cesará sus actividades durante toda la jornada.

Lo escandaloso es que hasta ahora, se han entregado sólo la mitad de los proyectos prometidos para el Mundial y muchos de ellos sólo están parcialmente terminados.

Pero la presidenta Dilma Rousseff no se desanima y ha prometido que el país estará listo a tiempo, pese a que ha reconocido retrasos en algunos grandes proyectos. Además, cree que las críticas son injustas: "Hay un mal humor inexplicable con Brasil". Cuestionada sobre el hecho de que seis de cada diez obras prometidas no están listas, la presidenta contestó: "Una línea de metro no queda lista en dos años".

Aseguró que de un total de 63.000 millones de dólares que se han invertido en infraestructuras y movilidad urbana, solo 4.000 millones son exclusivos para el Mundial. "Todo lo demás es para Brasil", añadió. Pero parece que los brasileños no le creen...

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com