• La sustituta del fallecido Eduardo Campos como cabeza de lista de los socialistas brasileños es una política conocida: fue ministra de Medio Ambiente con Lula y concurrió a las elecciones de 2010, quedando en tercer lugar.
  • Encarna el cambio, pues busca renovar el sistema político y romper con el bipartidismo (PT y PSDB), además es ecologista y profesa la religión evangélica, inferior en presencia a la católica.
  • Su popularidad amenaza ya a sus rivales: sería segunda con el 21% de los votos en primera vuelta y lograría un empate técnico con la actual presidenta en segunda ronda, según la última encuesta conocida.

La semana pasada les informábamos que Brasil, en plena campaña, quiere mandar más en el comercio mundial. Y es que, como informamos, el país suramericano debe afrontar dos importantes retos: en economía, replantearse su inserción comercial internacional y en política, superar la pérdida del candidato socialista Eduardo Campos, que tiñó de luto la campaña electoral para los comicios presidenciales del próximo 5 de octubre.

Este triste y trágico hecho abrió un nuevo escenario en la carrera por ocupar el Palácio do Planalto. El Partido Socialista Brasileño (PSB) debía anunciar al sustituto de Campos como cabeza de lista antes de diez días y antes de cumplirse el plazo ya lo ha dado a conocer. El nombre es el apuntado por todas las quinielas: Marina Silva (en la imagen), ex ministra de Medio Ambiente en el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y una política conocida, pues ya concurrió a las elecciones de 2010, donde quedó tercera con 20 millones de votos (20% del total).    

La actual candidata de la coalición, que surgió el pasado mes de octubre de la unión del PSB y Rede Sustentabilidade, apeló en su discurso a la emotividad recordando a su compañero fallecido, "queremos una campaña clara y transparente, como los ojos de Eduardo". Además señaló que tienen 46 días para recorrer Brasil y participar en debates "con una campaña propositiva".

Silva, de 56 años, encarna el cambio, pues su coalición busca renovar el sistema político y romper con el bipartidismo, "la gente está cansada de esa dualidad entre PT (Partido de los Trabajadores) y PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) basada en la confrontación", afirmó. Y es que petistas y tucanos, como se les conoce popularmente a los militantes de estos dos partidos, llevan alternándose el poder desde hace 30 años. Tiene una destacada historia de superación personal, ya que nació en una familia pobre y fue analfabeta hasta los 16 años, es una gran defensora del medio ambiente y es evangélica. Esa religión ha avanzado mucho en los últimos años en Brasil y ya la profesa el 35% de la población (más de 40 millones de habitantes), aunque la religión católica sigue siendo la más amplia (164 millones de brasileños). Sus primeras palabras, en su presentación el miércoles en Brasilia, fueron para agradecer a Dios su ayuda durante la "difícil travesía" que vive el partido tras la muerte de Campos. 

Por todos estos aspectos, Marina Silva entra con fuerza en la campaña electoral y su popularidad ya amenaza a sus principales rivales: la presidenta Dilma Rousseff, que opta a la reelección como cabeza de lista del PT, y Aécio Neves, candidato del PSDB. Así lo señala la última encuesta, publicada el lunes por el instituto Datafolha, que coloca a Silva como segunda con el 21% de los votos, por encima de Neves (20%) y lejos de Rousseff (36%), en la primera vuelta. Sin embargo, si se diera una segunda ronda los resultados serían aún mejores, pues Silva obtendría el 47%, superando a la presidenta (43%), aunque en realidad sería un empate técnico por el margen de error. Unos resultados que coinciden con los de los 30.000 sondeos telefónicos, que hizo el PSB un día después de la muerte de Campos para probar la potencialidad de Silva, según recoge en su web el licenciado en Relaciones Internacionales Santiago Pérez.

De esta manera, la ecologista mejora y duplica las previsiones obtenidas por el fallecido Campos, quien ocupó el tercer puesto en la última encuesta Ibope, publicada el pasado 22 de julio, con casi el 10% de los votos. Mientras que sus contrincantes, Neves y Rousseff, que obtuvieron un 23% y un 38% respectivamente, han perdido apoyo casi un mes después, ya que ahora cuentan con dos puntos menos cada uno.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com