• Mientras, Artur Mas presiona a Sabadell y Caixabank para que se la queden.
  • Popular también quiere participar en la subasta.
  • Bankia pide, otra vez, permiso para entrar en la puja.
  • Y Adolf Todó está harto de todo: quiere marcharse.

Choque de trenes entre Santander y BBVA, los dos grandes de la banca española por Catalunya Caixa, que representa el 22% de la cuota de clientes en Cataluña.

A pesar de sus desplantes públicos, ni Emilio Botín ni Francisco González, que ya se hizo con Unnim, quieren perderse esa cuota. Ahora mismo, BBVA en Cataluña (siempre en cuota de clientes de pasivo- posee el 15%, mientras el Santander debe conformarse con 9% de la matriz y el 2% de Banesto.

Naturalmente, los dos exigen ayudas públicas y un Esquema de Protección de Activos (EPA) que convierte a la CX en un buen negocio.

Pero el Banco Popular, de Ángel Ron, que hasta ahora ha comprado sin ayudas públicas, también quiere participar en el chollo.

Artur Mas, presidente de la Generalitat, se niega a perder su caja, e insta a Sabadell y a Caixa para que participen en la subasta. El problema es que Caixa posee un 52% de cuota de clientes y para Sabadell podría resultar, tras la CAM, una negociación pesada, pero todo depende de cuánto ofrezca el Estado en ayudas.

¡Ah! Y Bankia se dispone a pedir permiso de nuevo, tal y como hizo en Unnim... y tal como le impidieron hacerlo.

Y quizás lo más grave sea que Adolf Todó, el hombre del saneamiento de Catalunya Caixa, esté hasta el gorro de todo y quiere marcharse cuanto antes. Porque hasta ahora es él quien ha impedido que CX pasara de ruina encubierta a ruina declarada, es quien ha embridado el caballo aunque no haya conseguido convertirlo en un pura sangre.

En cualquier caso, otra guerra Botín-FG: veremos quién gana.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com