Como ya hemos informado, Botín es socio particular de AUNA a través de la compañía particular del presidente de ONO, Eugenio Galdón que además también actúa de manera interpuesta de los hermanos Rodríguez Inciarte. En paralelo, el SCH es socio de ambas. Una buena razón para que el precio de la operación de compra de AUNA por ONO se viese recortado hasta los 2.200 millones de euros firmados finalmente frente a los 2.700 que se barajaron inicialmente.

Para redondear el negocio, el Santander Central Hispano participa del préstamo sindicado que ONO ha solicitado para hacer con el cable de AUNA. Lo hará junto al ABN Amro Bank, el Fortis Bank y Calylon por un total de 3.100 millones de euros. La elevada cifra obedece a la necesidad de saneamiento del gran endeudamiento de ONO, una compañía endeudada hasta las cachas como consecuencia de haber recibido las concesiones menos interesantes: Castilla León, Valencia y Murcia frente al Madrid y Barcelona de Auna. Así, será "David comiéndose a Goliat".

Además, ONO ha obtenido 400 millones adicionales de préstamo subordinado para financiar su elevada deuda. La ampliación de capital de 1.000 millones será suscrita por un grupo de fondos especulativos liderados por Providence Equity Partners (especializado en negocios televisivos) junto a JPMorgan Partners, Quadrangle Group LLC y Thomas H. Lee Partners.

El problema de esta operación es que difícilmente los fondos especulativos van a invertir en el desarrollo del negocio del cable cuando su intención es dar el pase en cuanto el mercado lo permita. Tendremos que volver a esperar para el desarrollo de una infraestructrura básica para el desarrollo de servicios de telecomunicaciones y televisión.

Por otra parte, la nueva ONO en manos de los fondos especuladores, permitirá a los actuales socios de la compañía desprenderse de su participación en una compañía ruinosa que arrastra una deuda especialmente pesada. Lo que no está claro es cómo conseguirán los especuladores rentabilizar la empresa.