No, los señores José Manuel Lara y Maurizio Carlotti –presidente y consejero delegado de A-3 TV, respectivamente- no van a cobrar 11 millones de euros de bonus con cargo al ejercicio 2006, sino bastante más. Y no sólo cobrarán ellos, sino los 31 directivos que reflotaron A-3 TV. Y lo van a cobrar porque han cumplido los objetivos de capitalización, ebitda y beneficio durante el trienio.

En el PSOE han lanzado una excelente campaña (Inmaculada Rodríguez Piñero y Ramón Jáuregui) contra los sueldos altos, pero el propietario de Planeta afirma que no se trata de salarios, sino de un premio al equipo que reflotado A-3 TV, que estaba en pérdidas cuando se lo compraron a Telefónica. Es decir, que sería una retribución contra resultados, algo bien visto y políticamente correcto y deontológicamente irreprochable. ¿Seguro?

Veamos. Planeta y su socio Agostini establecieron un baremo basado tres criterios: capitalización, ebitda y beneficio (al parecer, los contenidos emitidos son aspectos aleatorios y muy, muy subjetivos). Como sea que en el trienio se han cumplido los objetivos, los chicos bien se merecen el suculento premio. Es más, el señor Carlotti se ha comprado un fincón en Serranillos Playa, quizás porque piensa que en los alrededores de Talavera de la Reina es donde vive la grandeza de España.

Ahora bien, un ejecutivo puede forzar al alza la cotización e incluso el beneficio recurrente y el excedente final. Por ejemplo, despidiendo personal. Y de rebote, la bolsa le premiará todo tipo de ERE (que fue, exactamente, lo que hizo Carlotti nada más llegar, además de liquidar toda la red regional y externalizar actividades). De hecho, cuando un gestor aterriza en una empresa en dificultades puede hacer dos cosas: o reducir costes o aumentar ingresos. Un 90% de los gestores –quizás me quede corto- opta por lo primero, que es más fácil y cómodo, y sólo precisa una ausencia de escrúpulos. El que decide mejorar los ingresos sabe que el mercado financiero le castigará y que los accionistas tardarán mucho tiempo en comprender la lentitud de la remontada… si es que no le echan antes.

Que no, que lo escandaloso no es sólo el salario de Francisco González, presidente del BBVA (9,7 millones de euros en 2006 y un fondo de pensiones acumulado de 53 millones), sino también estos bonus con cargo a beneficio. Porque claro, hay que saber cómo se obtuvo ese beneficio.

¿Que cuál es la solución? Pues muy sencillo: la austeridad en los sueldos de directivos, la misma austeridad que se exige al resto de la plantilla. Y el directivo que quiera ganar más, que se convierta en su propia empresa y cobre más dividendo… como el resto de los accionistas, antes llamados propietarios. Y en tal caso, primar la productividad, por lo general medida por la facturación conseguida para la firma.

Lo que no se puede permitir es forjar la propia fortuna a costa de echar gente al paro. Eso es hacer bonificaciones a la carta

Eulogio López