"No puede ser que un brigada que lleva 21 años de servicios cobre 1.300 euros y un mosso de esquadra cobre nada más entrar 1.600. La seguridad es cosa de todos y entre todos debemos de pagarla". Estas eran las palabras que José Bono pronunciaba en la mañana del jueves en la presencia de Pedro Solbes con quien afirmó haberse reunido el pasado miércoles.

Bono asume así la defensa de los intereses de los castrenses. "Como no tienen sindicato, yo seré su defensor", señala. Eso es un ministro. Los uniformados presentes en la sala casi saltan de alegría ante un ministro que empatiza con sus problemas. Pero hay más. Bono pretende hacer cómplices a la sociedad en general de la necesidad de tener una buena defensa. Y de pagarla, claro. Así que insiste en el agravio comparativo. No sólo eso, propone que el Estado garantice al menos el salario mínimo interprofesional para aquellos militares que han dedicado 10 años de servicio. "Lo que no podemos hacer es dejar a esas personas con 35 años en la calle sin oficio ni beneficio", apostilló.

También para los guardias civiles. Bono defendió el carácter armado de la benemérita, así como su papel vertebrador en la sociedad española, y negó que haya un proyecto de desmilitarización. "Si se decide tal cosa, lo aceptaré, aunque mirando alrededor creo que deberíamos pensarlo muy bien porque tanto Francia, como Italia, Portugal y Holanda tienen también policías militares", señaló. En todo caso, Bono defiende que mientras se decide, se garantice el carácter militar debido a las duras labores que realizan. Y asumió el mismo compromiso que con los militares para defender un salario digno.